Tomar agua es vital, la hidratación es lo más importante para mantener nuestra máquina andando, para que nuestro cuerpo camine al 100%.
Cuando se trata de cuidar nuestro cuerpo y el planeta que habitamos, el origen importa, es por eso que Sta. María, el agua mexicana 100% pura de manantial, nos invita a reconectar con la naturaleza, pues cuida y aprecia los dones que nos da. Además, nos invita a amar y valorar el agua, poniendo en segundo lugar su función como bebida hidratante y en primer lugar su sabor único, resultado un viaje de 12 años de filtración natural.
Un producto aparentemente simple como el agua, es capaz de adquirir características y atributos diferentes y complejos cuando se enriquece con minerales a medida que se mueve por el subsuelo hasta conseguir su composición final.
Para que una botella de Sta. María pueda llegar hasta el consumidor, cada gota de agua hace un viaje tranquilo de 12 años infiltrándose en los bosques de los volcanes y recorriendo piedras volcánicas del subsuelo, hasta brotar en el manantial Sta. María, ubicado en el pueblo de Santa Rita Tlahuapan, en Puebla, una privilegiada zona delimitada en el lado occidental por los volcanes Tláloc e Iztaccihuatl.
El manantial, depende en gran medida del ciclo del agua, y sus tres fases básicas. La primera fase es la infiltración de agua de lluvia a través del subsuelo, durante la cual el agua de lluvia o nieve derretida migra bajo tierra. En la segunda fase, el agua se almacena en mantos acuíferos y posteriormente, en la tercera fase, es extraída para ser embotellada directamente de la fuente, sin que sea tocada jamás por la mano del hombre, a diferencia de otro tipo de aguas, que requieren un proceso y filtración de forma industrial.
“Todos conocemos los beneficios de tomar agua y mantener nuestro cuerpo saludable e hidratado, pero pocas veces nos detenemos a pensar en el sabor del agua que bebemos. Sta. María es un producto que ofrece, además de un beneficio funcional, un interesante perfil de sabor gracias al viaje de filtración por rocas volcánicas por el que pasa antes de brotar en nuestro manantial”, apuntó Genevieve Farjeat, Directora de Marketing de Nestlé Waters México.
Apreciar el agua y su origen, significa verla como una bebida cuyas propiedades organolépticas son un atributo positivo que se traduce en un sabor único. En cada botella de agua Sta. María es posible encontrar las mejores cualidades del suelo volcánico mexicano, convirtiéndose en más que agua para hidratar el cuerpo, sino también para apreciar su sabor característico.