México Mi Amor, es una colección homenaje a nuestro país. Para su diseño, nos inspiramos en las costumbres de ayer y de hoy, celebrando a México y enamorándonos de la cultura, el arte, la comida, la flora y fauna y, por supuesto, del humor.
Piezas que representan a cada uno de los mexicanos de todas las épocas, y destacan lo único de ser mexicanos. En esta colección, hablamos no sólo de lo que amamos en México, sino de cómo los mexicanos, expresamos el amor.
En el lanzamiento, México mi amor presenta:
Aguacate, Bigote, Cactus, Corazón de Nopal, Catrin, Catrina, Chile, Corazón MX, Corazón Rojo, Gato, Perro, Hecho en México, Limón, Maguey, Maíz, Matatena, Molcajete, Papel Picado Amor, Papel Picado Personalizable, Piñata, Pirámide, Plato, Talavera, Luchador, Se ponchan llantas gratis, Sombrero, Trajinera, Trompo.
“Navegaré hasta encontrarte.” Xochimilco era nombrado «Lugar de Jardines Flotantes» porque sus chinampas siempre estaban llenas de flores. A pedido de los catrines, también se le agregaron flores a las embarcaciones, junto con nombres, para cortejar a una dama. Cuenta la leyenda que, si das un beso a la persona que amas en una trajinera, ese amor durará para siempre.
“Este amor, si se moja, no se rompe.”Para este oficio se necesitan muchas cualidades: hay que ser paciente, ingenioso, dedicado y tener fe en él. Como en el amor.
“Pica poquito”. Al comer chile, el cerebro produce una sustancia llamada endorfina que emite señales de felicidad. La misma que emite cuando estamos enamorados.
“Entre más sabor, más amor.” Algunas personas, al terminar la salsa, les gusta dejarla en el molcajete y llevarla a la mesa, ya que le da un aspecto rústico a la misma. Para curar un molcajete, se muele un diente de ajo con sal y agua hasta que el molcajete deje de desprender tierra o arena. Otra forma sencilla, es moler arroz hasta que el molcajete no desprenda más color negro.
“Me quedé esperándote” “Catrín” era el término que se utilizaba para los hombres que se vestían de manera elegante y eran de una clase social alta. La característica principal de estas personas era que les encantaba presumirlo. Hoy, junto con la Catrina, es uno de los emblemas de nuestro país.
“Me muero por verte”. Pablo Neruda dijo alguna vez: “Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida”. Rivera fue el muralista quien la llamo “Catrina”, nombre con el que se popularizó posteriormente, convirtiéndola así en un personaje popular mexicano, amada por todos. Ícono de nuestro país, la Catrina nos habla de vida y de muerte, y por supuesto, de amor.
“Para todo mal, y para todo bien, también.” El tequila nace del agave, quien tiene propiedades medicinales. Actúa como un analgésico (mejor si lo mezclas con jugo de limón fresco!) Un caballito de tequila, nos alegra la vida. Y dicen que, como los besos, deben pedirse dobles.
El aguacate es un árbol con fruto comestible que pertenece a la familia Lauraceae, una de las más antiguas entre las plantas con flores. Se dice que antes que nosotros gozáramos de los aguacates, fueron el fruto preferido de los grandes mamíferos de la “Edad de Hielo” El nombre aguacate proviene del náhuatl ahuacatl, y es considerado el “Oro Verde” de nuestro país, y todo buen mexicano sabe que no hay nada, que no sepa más rico, que con aguacate.
“Estoy hecho de ti.” El maíz está íntimamente ligado a nuestra cultura como mexicanos. Su simbolismo e importancia espiritual y social data desde tiempos prehispánicos: de acuerdo al Popol Vuh (libro histórico y espiritual del pueblo maya), los humanos estamos hechos de este particular ingrediente.
“Lucharé por tu amor.” En la lucha libre mexicana, cada atleta interpreta un rol que se suma a uno de los dos bandos: la lucha del bien contra el mal, los justos contra los injustos, los oprimidos contra los opresores. Y en ella, la máscara es el bien más preciado: el vencedor se lleva la máscara del vencido y la conserva como un trofeo. La lucha, como el amor, necesita esfuerzo, pasión y encanto para crear leyendas inolvidables.
Los cactus son una prueba de amor. En los sitios más inóspitos, en los lugares más lejanos, crecen fuertes, elegantes y orgullosos. Dicen las abuelas que nosotros deberíamos ser como los cactus: adaptarnos a los momentos, tiempos y circunstancias, ser fuertes y aun así, nunca olvidarnos de florecer.
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