La casa relojera MB&F fue fundada en el 2005, y aunque no presume un legado de tradición como otras posee hoy un impresionante robot cinético inspirado en nuestros sueños de la infancia.
«Un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido» dice MB&F. Para ello lanza una pieza realmente innovadora.
Melchior ha sido diseñada conjuntamente con L’Epée 1839. Un impresionante robot cinético inspirado en nuestros sueños de la infancia que también alberga un reloj de sobremesa compuesto por 480 piezas con impecables acabados.
En efecto, con su elegante armadura de acero y latón, el enigmático brillo en los ojos, su cerebro animado y sus brazos articulados y musculosos —el derecho armado con un lanzacohetes y el izquierdo con una ametralladora—,
Melchior es un majestuoso reloj de sobremesa con horas saltantes, segundos de barrido continuo, segunderos con doble retrógrado y una reserva de marcha de cuarenta días. Todo un homenaje a la relojería clásica más refinada.
Concebido y desarrollado por el laboratorio conceptual de MB&F y diseñado por L’Epée 1839, el único fabricante especializado en alta relojería de sobremesa de Suiza, Melchior nace de los deseos de Maximilian Büsser por rememorar su infancia, en la que anhelaba un amigo robot.
«Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana, el mejor amigo del hombre era su robot», recuerda Büsser.
«Como fan de La guerra de las galaxias a los 10 años, sabía que Luke Skywalker nunca podría haber vencido sin la ayuda de androides como R2-D2, un robot fiel, ingenioso y valiente que no dudaba en rescatar a sus amigos de apuros.
Como hijo único, solía imaginar cómo sería si tuviera un compañero autómata. Melchior ha hecho realidad este sueño de la infancia».
Para ello, seleccionaron un movimiento L’Epée de alta gama para recrear la cabeza y el torso mecánico de un robot.
Las horas saltantes y los minutos de barrido continuo del torso de Melchior se dejan entrever a través de discos engalanados con los números emblemáticos de MB&F —con punteros incorporados en la coraza— mientras que la esfera del abdomen del robot hace las veces de indicador de reserve de marcha. La autonomía del robot también es digna de admiración. Su movimiento, de acabado refinado y gran visibilidad, presume de una reserva de marcha de cuarenta días — lo normal para este tipo de relojes son ocho días— gracias a los cinco muelles de barrilete que componen el escultural torso de Melchior. Dichos barriletes están colocados en serie para optimizar el rendimiento.
La acción retrógrada de los expresivos ojos de Melchior está marcada por intervalos de veinte segundos. La combinación de conductos de ventilación fijos y discos giratorios, ambos con motivos radiales a modo de hélice, da la sensación de que Melchior abre y cierra sus ojos en un enternecedor movimiento con reminiscencias humanas.
Con sus sutiles latidos y compleja estructura, visibles a través de la pulida cúpula de cristal, el regulador confiere aún más animación al conjunto. Si la cúpula protectora actúa de cráneo, el regulador representa el cerebro de Melchior en funcionamiento. Así como el cerebro gobierna el cuerpo, el regulador controla el reloj con extraordinaria precisión.
La parte superior de los brazos de acero gira mientras los antebrazos se elevan o descienden con una asombrosa capacidad de maniobra para apuntar el lanzacohetes y destruir a los villanos. Para añadir más sofisticación a la obra, la metralleta se desliga de la extremidad hasta convertirse en un mecanismo de ajuste que también da cuerda al movimiento.
Melchior se presenta en una edición limitada de 99 ejemplares y se encuentra disponible en dos versiones: una monocromática, «luz», y otra en dos tonalidades, «luz y oscuridad», con componentes con tratamiento PVD Black.