El cine soviético revolucionó la escena de la cinematografía mundial a partir de los años 20. Por entonces, una camada de importantes directores refrescó la narrativa fílmica con una novedosa noción del montaje y un ímpetu experimentalista. El principal exponente de esta tendencia Serguéi M. Eisenstein, a quien la Cineteca Nacional le dedicará una retrospectiva a presentarse del 8 de enero al 1 de febrero de 2015.
En la sala 8, Hermanos Rodríguez, se proyectará esta selección de 14 medios y largometrajes, así como cinco cortometrajes, que integran el ciclo titulado «Todo Eisenstein». Además de las piezas más emblemáticas del realizador, se incluyen cinco trabajos producto de los diversos análisis que su obra ha inspirado en diversas latitudes.
La selección dará inicio con la ópera prima del realizador, que es el antecedente de sus grandes obras. La huelga (Stachka, Unión Soviética, 1925) es la historia de un grupo de obreros en la Rusia zarista, que cansados de las condiciones en las que laboran deciden ir a huelga. Sin embargo, el problema estalla cuando uno de ellos se suicida al ser acusado injustamente de robo. Sobresaliente por su estilo expresionista y su extraordinario montaje, esta obra silente es una fuerte reflexión sobre la lucha de clases.
La retrospectiva finalizará con Eisenstein, (Alemania-Canadá, 2000), pieza de Renny Bartlett, estrenada en el marco del Festival de Cine de Toronto. La opera prima de Bartlett es una aproximación en tono de ficción a la vida, la obra y los tiempos del cineasta ruso, desde sus inicios como estudiante de artes y figura máxima del cine soviético hasta su triste final bajo la censura estalinista, pasando por sus frustrantes experiencias fílmicas en Hollywood y México.