La influencia de los filmes de terror de Hollywood en los trabajos mexicanos de este género fue objeto de análisis en la charla “Cine fantástico y de terror mexicano contemporáneo” del especialista en el tema Sergio Aguilar Alcalá, que tuvo lugar este 5 de mayo en la Sala 4, Arcady Boytler. La sesión se presentó como parte del ciclo de conferencias sobre cine mexicano coordinado por el Centro de Documentación de la Cineteca Nacional.
El cine de terror surgió en Francia junto con los primeros movimientos del séptimo arte, en 1896 con Le manouir du diable de George Méliès. Sin embargo, es la industria hollywoodense la que a lo largo del tiempo ha creado un elaborado modelo de representación de este tipo de cine, y que en muchas ocasiones ha sido asimilado por realizadores de países como México.
La charla estuvo precedida por la proyección de la película Kilómetro 31 (Roberto Castañeda, México – España, 2006). Aguilar Alcalá aseguró que esta cinta ubicada como la película de terror mexicana más taquillera de la historia, detonó sus investigaciones acerca del género.
Kilómetro 31 narra la historia de una gemela muerta en un accidente de carretera. La chica logra conectarse con su hermana telepáticamente para que acuda en su ayuda, y es así como inicia una travesía llena de terror, suspenso y misterio.
La conferencia consistió en una revisión de los elementos que componen el género de terror en el cine mexicano, y que fueron aplicados al análisis del clímax de este filme, realizado por el investigador, y que de acuerdo a éste, se dividen en tres segmentos:
En primer lugar, están los elementos formales: la imagen, el sonido, la puesta en escena, la edición y la narración, que de acuerdo a Alcalá están presentes durante las escenas cumbres de la cinta a través de los juegos de luz y sombra, música extradiegética y sonido asíncrono; un universo incierto, amenazante, peligroso y efectista. Mientras que la edición luce continua y discontinua.
El especialista hizo énfasis en el importante papel que juega la música a la hora de recrear una atmósfera de suspenso: “En la escena que considero el clímax de la película -cuando La llorona habla con Catalina, la protagonista (Iliana Fox)- suenan unos violines impresionantes que ponen en un gran suspenso al espectador”.
En la segunda parte, habló de los que considera los elementos ideológicos, los cuales giran en torno a la eterna lucha entre lo normal y lo anormal, considerando al relato de terror como una especie de defensa simbólica de los estándares culturales de normalidad.
El también crítico cinematográfico afirmó que cuando un filme cuenta con este tipo de lenguaje, estructura narrativa, y estos elementos formales y estructurales, que se encuentran presentes en el cine clásico de terror norteamericano, y que son perfectamente combinados (en este caso) con la historia mexicana de la leyenda de la llorona, el espectador es atraído por estas dos vías dando paso a un gran éxito en taquillas.
Para concluir, el también especialista en comunicación social afirmó que a pesar de la gran influencia de estructura cinematográfica hollywoodense, los cineastas mexicanos de cualquier género cinematográfico deberían poner especial atención en crear sus propias ideas y arriesgarse con nuevas propuestas, como es el caso de Iñárritu y Cuarón, ya que según el especialista, los mexicanos también cuentan con una gran capacidad creativa en la industria cinematográfica.
Continuando con el ciclo de Conferencias sobre Cine Mexicano coordinado por el Departamento de Documentación de la Cineteca Nacional, la siguiente conferencia «Actrices chiapanecas del cine mexicano» será presentada por Gustavo Trujillo Vera el próximo martes 12 de mayo a las 18:00 hrs. Como parte de la ponencia se proyectará la película “Campeón sin corona” (Alejandro Galindo, México, 1945).