Cada año Graf von Faber-Castell presenta en sociedad su “Pluma del Año”, para este 2015 la marca crea una edición limitada con un diseño inspirado en el palacio de “Sanssouci, Potsdam”.
Palacio de Sanssouci
El palacio de Sanssouci, fue construido para Federico II. Ubicado en Alemania, el palacio de Sanssouci es obra del arquitecto Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff entre 1745 y 1747 como residencia privada para el rey Federico.
Sans-souci es un término francés que puede traducirse como Sin preocupaciones, simbolizando que el palacio era más bien un lugar de descanso que un centro de poder.
Este palacio cuenta con 10 habitaciones y estilo rococó, que en aquel entonces eran claves en las propiedades de la vida aristócrata.
Se sabe que el rey Federico trabajó en los planos, que contemplan integrar la propiedad a la naturaleza.
El palacio cuenta con una cúpula de cuatro aguas con el nombre escrito en letras doradas de bronce.
La pluma
La pluma de Graf von Faber-Castell se centra en estos «pilares de la historia» y la fascinación que genera.
Recordemos que en el 2014 la primera pluma del Año de este tipo fue «Palacio de Catalina» y un homenaje explícito a Catalina la Grande. Este año es seguido por Federico II – un igualmente gran contemporáneo de Catalina.
Cabe destacar que la “Pluma del Año” 2015, es una edición limitada creada en alianza con el fabricante de piedras preciosas Herbert Stephan, quién continúa con la gran tradición del taller Idar Oberstein que data del siglo XV y a la fecha cuenta con renombre mundial.
Para la creación de esta pluma, han creado una joya impresionante que muestra gran habilidad. Su depósito y capuchón platinado han sido adornados por cuatro serpetinas de Silesia en tonos verdes, crisoprasa rara (piedra natural favorita de Federico II El Grande) y un cuarzo ahumado ruso pulidos a mano.
Cada una de estas piezas fabricadas en una pequeña cantidad de piezas, combinan también un chapado de oro de 24 quilates y han sido numeradas individualmente. Incluyen un certificado firmado por el fabricante Herbert Stephan que acredita la autenticidad de las piedras naturales que contiene la pluma. Se presenta en una caja de madera que también puede ser utilizada como una pieza para coleccionistas, ya que cuenta con espacio para guardar seis instrumentos de escritura más.