Ayer nos sacudió a todos la muerte de Nelson Mandela, quien fuera presidente de Sudáfrica. Los seres comunes, que no hemos hecho nada extraordinario, solemos pensar que nuestros ídolos, los que cambiaron al mundo, o tocaron nuestras vidas con sus misiones o trabajos, son inmortales, creemos que no morirán, que serán eternos.
Pero no, mueren como nosotros, como los demás, como los comunes. Lo sabemos, pero igual los lloramos y nos preguntamos “¿por qué?”. Seamos apolíticos o rebeldes sin causa, todos lamentamos la muerte de un hombre que cambió al mundo, y por supuesto, las grandes celebridades así lo expresaron.
Por ejemplo, Gerard Piqué, novio de Shakira y futbolista del Barcelona, subió a su cuenta de Twitter una foto en la que Mandela sostenía la Copa del Mundo de futbol que la selección española ganó en el Mundial de Sudáfrica, y la acompañó de una leyenda que decía “como muchas cosas increíbles en la vida, esto no hubiera pasado nunca sin ti, #Madiba”.
Fergie, cantante de los Black Eyed Peas recordó cuando lo visitó en su casa (qué suerte para ella que sus nietas fueran fans), al igual que Ricky Martin, quien es un famoso activista en pro de los derechos infantiles en Asia y África, principalmente.
En México, Alejandro Fernández también le dedicó pensamientos tuiteros, y desde luego, nuestros socialités, como Arturo Elías Ayub, Erika Swain, Enrique Rubio, Olivia Peralta y muchos más.
Mi querida colega Mayalen Elizondo posteó que nunca había sentido ganas de llorar por la muerte de alguien que no conocía…hasta ese momento.
Que ejemplo su paso por el mundo #Mandela dejemos huella positiva en el mundo, un legado. Que tu pasar por el mundo sea igual de aplaudido
— Olivia Peralta (@oliperalta) diciembre 5, 2013
Justo hace un par de meses la firma italiana Montegrappa lanzó un estuche conmemorativo de Nelson Mandela a propósito de sus 95 años de vida, que incluye un reloj, una estilográfica y mancuernillas limitadas a 500 estuches.
Mandela dejó un grandioso legado de libertad y respeto a la humanidad. Esos momentos de la historia no son comunes. Sintámonos afortunados de saber que hizo del mundo en que vivimos un lugar mejor.
Traigan mariachis
Hablando de hombres extraordinarios, el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, estuvo en México durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y participó en una edición más del intercambio cultural Viva Perú, que dirige la Ex Miss Universo Ingrid Yrrivarrén.
Bueno, pues Ingrid le armó cena VIP en la Biblioteca Vasconcelos de la Ciudadela con personalidades de alto rango del mundo literario y cultural mexicano, pero eso sí, fallaron dos cosas: que no hubo espacio suficiente para todos los invitados y varios se quedaron en salones aledaños, con pantallas para no perder detalle de lo que pasaba en el salón bueno, pero afuera. Cero cool.
La otra fue que los mariachis que llevaron no fueron los mejores exponentes. Pudo suceder que al calortzzzz de las copas alguien decidiera lanzarse a Garibaldi a recoger 15 mariachis en Eje Central sin haberles pedido la prueba sonidera, y como me dijo una amiga a la que no voy a quemar o le dejan de hablar (son bien Jarritos de Guadalajara en el ambiente literario): “¡Yo los pago, pero traigan unos buenos!”. Morí de risa.
FOTO: Mario Vargas Llosa en su visita a México.
Alessandro-Alessandro
Pero si el Nobel impone, el que causó furor fue Alessandro Baricco, un autor, no bestseller, sino longseller con su novela “Seda” (hay una película basada en su obra, con Michael Pitt y Keira Knightley, por si ocupan) y uno de los narradores contemporáneoas más importantes del mundo. Léanme bien: es un auténtico rockstar. Tipo, quítate Mick Jagger.
Lo mejor es que su forma de ser es cero rockstar, es el tipo más relajado y alcanzable del mundo. Vive en Turín y se dedica a escribir novelas rompe crestas y a dirigir su escuela de escritores, llamada Holden, que es su pasión en la vida. Nunca sale de gira, así que cuando sale, ¡paren máquinas!
También vino a la FIL a presentar su nueva novela “Tres veces al Amanecer” y a dar una conferencia en el Instituto Italiano de Cultura en el D.F. donde puso de cabeza a todo el séquito del agregado cultural, Gianni Vinciguerra y al de la embajada italiana que representa el recién llegado Alessandro Bassuca (y by the way, su jefe de prensa nunca está y tiene a la peor y más violenta secretaria del mundo, de terror. ¡Alguien ayúdenlos!).
Se daban de empujones metafóricos y algunos reales por la atención del rockstar. Hagan de cuenta que había llegado el Papa. Lo más divertido es que mientras esto sucedía, Baricco, tan cool como es, buscaba en el piso el anillo de Paola Tinoco, escritora y directora de Relaciones Públicas de Editorial Anagrama, que lo había perdido. ¡Y se lo encontró!
A mí me hizo reír mucho al decirme que se sentía fachoso cuando me miraba, porque entre mi abrigo de plumas de avestruz ochentero (¡Vel Rosita!) y mi jumpsuit naranja carnaval carioca era imposible ignorarme, pero ni modo de irme de jeans y playerita si había audiencia con el Papa… La verdad yo tenía un evento después, pero ni modo de quitarle la ilusión de que era por él…
FOTO: Alessandro Baricco y Jorge Herralde.
Reserva de la Familia…literaria
Para celebrar su excepcional y esperadísima presencia en México, Rodrigo Braun le hizo llegar tanto a él como a Jorge Herralde, editor de Anagrama, quien hizo posible la visita del rockstar, una botella del tequila premium Reserva de la Familia José Cuervo, con caja del artista plástico Carlos Guerrero.
Herralde, quien es al mundo editorial lo que Martin Scorsese en Hollywood (produce puro hit) estaba muy emocionado por su botella, y aunque su esposa Lali le insistía en que no iba a caber en la maleta, él se las ingenió para que así sucediera, “cabe porque cabe”.
Alessandro no bebe, pero sus amigos seguramente sí, de tal suerte que la joya de la corona tequilera mexicana ha llegado hasta las grandes ligas de las letras sibaritas internacionales de todas todas. ¿Y saben qué? ¡Amamos a Alessandro! Y si aún no lo conocen, corran por sus libros. Me van a dar las gracias.
Premio Italia
Por cierto, que el día anterior se entregaron los Premios Italia a los mejores empresarios italianos más destacados en México, por parte de la Cámara Italiana de Comercio que dirige Alberico Peyrón.
La gala fue en el Hotel Camino Real Polanco, en el salón Virreyes de smoking y vestido largo, aunque algunas invitadas aplicaron los jeans y la playerita que yo no quise llevar con Baricco. Qué pérdida de glamour…
Vimos a muchos miembros de este Principado, como Patrick Devlyn, Rolly Pavia, Anna Fusoni, Claudia Marcucetti, Marco Landucci y su padre, además de personalidades como la siempre guapa Gina Diez Barroso, Bernardo Gómez-Pimienta, mi adorardo Rodrigo Rivero Lake, el artista Pedro Friedeberg y Loli Rigoletti.
Entre los premiados estuvieron Gerlando Falasco, de la empresa Partimar, importador del café Illy de Italia, como el mejor emprendedor; Roberto Cannizzo, abogado y fundador de la firma de abogados Cannizo, Ortiz y Asociados en la categoría a la mejor trayectoria, y a Héctor Hernández Pons Torres, presidente de Grupo Herdez en reconocimiento a la reciente alianza que tiene con pastas Barilla.
Termino la kilométrica semana italiana en México (en la embajada deberían adorarme en vez de que me grite su secretaria; o sea, no se las voy a perdonar neveeeeer), les cuento que acudí al Café Torino de Santa Fe a una cena exclusiva con el chef Alfredo Russo.
Fue a beneficio de Fundación Nutre a un Niño, que es presidida por la mamá del chef Pablo Portilla, quien trabaja con Russo en su restaurante Stilo Novo alla Reggia, en Turín.
El menú fue tan bueno que cuando felicité al chef me dio doble postre, ¡y ni modo de negarme! Eso no se le hace a ningún generoso cocinero. Nunca olvidaré esa torta di mela que me hizo añorar mis lejanos días en Florencia; lástima que estaba tan mal acompañada por cierto insecto que no quiero recordar. Ejem, ejem, bueno, no me lo pasé tan mal.
El remate
Ahora sí, para terminar, no podía dejar de mencionar el malogrado juego de la NBA en la Arena Ciudad de México entre San Antonio y Minnesota, porque no puede ser su mala suerte en el evento de su vida…¿no que muy moderno? Oso mil. Y ya ni quiero saber las pérdidas millonarias que eso les supone en publicidad, marketing y pre ventas de boletos, sobre todo eso. ¿Le calculamos unos 4 milloncitos de dólares? Tssssssss. Tssssssss. Tsssssss.
¡Nos leemos la próxima semana! Sabrán que estoy por salir de viaje a un famtrip a San Miguel de Allende exclusivo para “bodas”…ya les contaré