Pus sí, llegó el Vogue Fashions Night Out Ciudad de México, y como cada año, las fashionistas de este lugar y las fans de las revistas de moda salen a la calle a aprovechar los descuentos (y el champagne) en las tiendas. Sólo que esta vez la lluvia insoportable y su consecuente tránsito (decía una amiga mía que con la lluvia florecen los idiotas –en realidad decía otra cosa que mi elegancia me impide repetir–) impidieron el glamour de otros años. Nadie se veía cool tratando de no resbalar en las alfombras negras.
Aún así, la apertura de la boutique Studio F fue todo un hit. Mi Rebecca de Alba finalmente fue opacada por alguien: Irina Shayk, la novia de Cristiano Ronaldo e invitada de honor para este VFNO.
Y bueno, justo cuando Irina salía yo llegué a la boutique y nos tropezamos a la entrada. ¡Fue tan divertido!
Ella venía resguardada con escoltas, quienes tapaban el paso en la puerta. Como yo urgía de resguardarme de la lluvia porque ya había cerrado mi coqueto paraguas, y además venía tardísimo, en mi prisa, sólo me percaté de que había un hombre impidiendo la entrada, entonces me interpuse entre él y la puerta: “¡Con permiso, caballero!” le dije muy doña y me metí cual señora de la casa, de tal suerte que choqué con Irina y hasta le dije “perdón, mana”.
Eso fue antes de voltearla a ver y darme cuenta que era Miss CR7 y el caballero en cuestión era su escolta quien no estorbaba sino que resguardaba. Ooops. Ni modo. Yo me estaba mojando, y ella, pues, ella… ¡pues también es mujer!, ¿no? Tendrá que entender lo que es caminar entaconada bajo la lluvia.
Más tarde, el Hotel Habita fue place to be, o sea, lo que antes era la fiesta Ferragamo donde había balazos para entrar. Esta vez, H&M le arrebató la estafeta y armó festuki en la terraza. Increíblemente, no hacía frío, puro calor humano, queridos, proporcionado por la gran cantidad de actores invitados, entre ellos Anita de la Reguera que estaba bla bla bla con sus amigos, súper alivianada, como siempre es; igual que Luis Gerardo Méndez, quien me contó que en octubre estrena nueva obra de teatro nunca antes vista en México y “ufffff, no sabes”. Sólo que no me dijo cuál. Bah.
También estaba Sofía Castro, la hija de la Primera Dama Angélica Rivera (La Gaviotita, como le dicen en el trade de la moda, no se hagan), pero la noté distante. Todo el tiempo estuvo en una esquinita con su amiga tomándose selfies con el celular.
Luego se animó a sentarse en la mesa de Ana de la Reguera, quien para entonces ya estaba en el brindis y el abrazo con Kelly Talamas, la editora de Vogue y festejada de la noche, Jorge Ríos y Natalie Baaklini; total, que Sofía se quedó platicando con Danna Vázquez y otra amiga común, y de ahí no se movió hasta que se fue. Necesita ser más participativa en esos eventos.
También vi a Ceci Suárez, guapísima, cotorreando con Óscar Madrazo, él sí que es todo un master de las parties y del buen ambiente (Sofía debería juntarse con él). Pues bien, Ceci y Óscar estuvieron toooodo el tiempo pegaditos a la mesa de postres atentando contra el mini pastelito de chocolate relleno de caramelo. ¡¡¡Ahhh, un coma diabético!!! Deliciosos: me comí tres. Sí, y qué. By the way…los macarrones de adorno también fueron avasallados por algunos invitados despistados. Qué osezno.
Por último, le mando besos a Jorge Ríos, quien salió de la fiesta literalmente para volar hacia Nueva York a la famosísima Fashion Week donde es todo un consentido. Por cierto, ya cancelaron allá el VFNO porque los residentes de la Quinta Avenida se quejaron mucho del desorden, de que les cerraban las calles, de que las entaconadas estorbaban el paso y que apañaban las aceras, etc., etc. Ni aguantan nada, ¿la ciudad que nunca duerme?, ay, por favor, qué risa, a la primera marcha se aventarían al río…
En cambio aquí, una aguanta: las marchas, la lluvia y el tránsito. El universo se expande, pero el evento nunca se acaba. Viva el Distrito Federal.