Europa es líder mundial en producción vinícola. La experiencia y habilidad para cultivar y manipular las uvas han sido perfeccionadas con el paso del tiempo. El conocimiento de las técnicas de vinicultura transmitido por generaciones abarca desde la siembra de la vid, su cultivo y vinificación hasta llegar al momento culminante de descorchar la botella para disfrutar de una deliciosa copa de vino.
El vino ha ayudado a cimentar la reputación de Europa en la gastronomía mundial, y es una de las bebidas favoritas para disfrutar en cualquier ocasión. Deléitate con una copa de vino en cualquiera de sus variantes —tinto, rosado, blanco, espumoso o incluso champán, ya sea seco o dulce— para acompañar una cena romántica, celebrar un evento importante o incluso para relajarte durante una tarde en casa.
Se sabe que el vino se obtiene a partir de la fermentación de la uva, pero ¿te has preguntado de dónde viene exactamente y cómo se produce? Sigue leyendo para conocer más acerca del arte de la vinicultura en algunas famosas regiones europeas y qué es lo que hace que esta bebida sea tan popular.
El proceso de vinificación
Muchas regiones europeas mantienen sus ancestrales tradiciones vinícolas. Al ser un producto natural, el sabor del vino cambia año con año según las características de cada cosecha. Esta característica es lo que lo hace una bebida tan especial.
La vinificación se lleva a cabo en distintas etapas. Todo empieza con la selección de uvas tras la cosecha, seguida del prensado y maceración, fermentación, clarificación, añejamiento y, finalmente, el embotellado.
La cosecha de uva es el secreto detrás de un vino de calidad. Con el fin de que solo las mejores uvas sean transformadas en vino, la Unión Europea (UE) limita el uso de pesticidas y de otros métodos químicos. Esto garantiza que las condiciones de cultivo sean óptimas. La rastreabilidad en cada etapa de la producción, procesamiento, y distribución también es clave para garantizar que las mejores uvas se conviertan en el mejor vino.
El prensado y la maceración son pasos importantes que dan al vino su coloración y sabor particulares. La fermentación define el dulzor, acidez o tonos salados según el tiempo que dure el proceso. La clarificación remueve todos los sólidos del vino, mientras que el añejamiento y embotellación son las etapas finales del proceso entero. Los vinicultores pueden embotellar el vino inmediatamente o dejarlo añejar. Un añejamiento adicional puede llevarse a cabo en la botella, en tanques de acero inoxidable o barricas de madera de roble dependiendo del gusto del vinicultor y del tipo de vino.
La mejor y más exquisita selección
Los distintos tipos de terroir a lo largo de Europa resultan en una diversidad inimaginable de vinos excepcionales y de la más alta calidad. Debido a que existe un fuerte vínculo entre el vino, el suelo y la calidad, cada característica está ligada al marco regulatorio de la UE que prohíbe la mezcla de cualquier vino europeo con otro elaborado fuera del territorio. Para garantizar la autenticidad y calidad del vino, los vinicultores europeos indican la Denominación de Origen Protegida (DOP) o la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de sus productos a través de un etiquetado específico.
Existe una amplia variedad de reconocidos vinos europeos auténticos que se disfrutan alrededor de todo el mundo. Europa es productor de algunos de los vinos de mayor renombre: Bourdeaux, Bourgogne, Barolo, Brunello; así como vinos dulces como el Sauternes y el Tokaji de Hungría, por nombrar algunos.
El Cabernet Franc, de origen francés, es una de las variedades de uva negra más importantes. Se combina principalmente con la variedad Cabernet Sauvignon y Merlot para producir la mezcla de Bourdeaux, que se distingue por tener un buqué a fresas, frambuesas, pimientos, gravilla y chile. Este popular vino es de gusto seco y robusto sabor.
La variedad de uva Graševina, proveniente de los viñedos croatas, es reconocida mundialmente y considerada endémica de la región. Además, representa una cuarta parte de las vides cultivadas en Croacia. Este vino aromático de gusto seco tiene un bouquet a manzana, tierra y minerales, el cual se complementa con notas de roble y heno.
La popular uva griega Plytó se cultiva en la isla de Creta. Además de ser una de las frutas predilectas de los locales, también se usa para elaborar un vino blanco de sabor cítrico. Esta variedad de uva resulta en un elegante vino de aromas afrutados que van desde la intensidad de la manzana verde hasta el limón u otros cítricos. La textura de este vino es robusta y versátil, con una tanicidad noble que aporta un balance de sabor. También es posible detectar recuerdos herbáceos, con un regusto final duradero y ligeramente amargo o ácido.
Las notas finales del vino europeo
Con aproximadamente 1,731 variaciones de vino en todo el continente —con Italia, España, Francia, Portugal, Alemania y Hungría como los principales países vitivinícolas de la región—, la Unión Europea es considerada líder mundial de producción de vino. Asimismo, el continente ocupa un 45% de la superficie vitivinícola mundial, 65% de la producción, 60% del consumo y 70 % de la exportación, lo cual deja claro la fuerte conexión entre Europa y sus ancestrales tradiciones de elaboración, consumo y excelencia enológica.
Los vinos europeos cuentan la historia de sus viñedos, pero también de la tradición y conocimiento que hay detrás de su elaboración que enriquecen la gastronomía mundial con sus distintos estilos, sabores, texturas y aromas. Si quieres conocer más acerca de los vinos de la UE y obtener consejos de maridaje para distintos platillos, visita bocadosdeeuropa.mx o síguenos en Facebook e Instagram a través de la cuenta @bocadosdeeuropa.