Por si algo nos faltaba a los fridónamanos (y a los que la odian, también), ahora ya tenemos reloj de alto rango con la imagen de Frida Kahlo. Se trata del Girard Perregaux 1966 colección Iconos de México dedicado a la pintora mexicana.
Con una maquinaria automática de calibre de Manufactura, GP presentó dos versiones: una en correa rosa de piel y otra azul; lo que las hace distintas, sin embargo, no es el color, sino que la azul viene con bisel engastado en diamantes. Por dentro, son idénticas y al reverso también, pues luce la silueta del rostro de Frida, basado en una de las más famosas fotos de la artista.
Para presentar la pieza vino especialmente a México el Director de Innovación y Desarrollo de la marca, Stefano Macaluso. Italiano, no suizo, ni alemán ni francés: o sea, un encanto (jejejeje, bueno, qué quieren, éste sí es cuate, así que le perdonamos lo italiano)
El lanzamiento fue en la Casa Azul de Frida, en Coyoacán. Hubiera quedado divino en exterior día hace un par de semanas que todavía el sol nos calentaba, pero como estamos en el clima tropical mexicano, nos llovió toooodo el evento. Lo peor es que en exterior noche y entaconadas, no está para nada padre caminar por el coyoacanesco piso de la Casa Azul…
Antes de la presentación hubo un mini tour por la casa (aunque gran parte de la obra está en el Jardín Botánico de Nueva York en exposición temporal, por si ocupan), y luego, Macaluso dio unas emotivas palabras en las que ensalzó la virtud tanto artística como humana de Frida, “y la simpatía que exteriorizaba a pesar de su sufrimiento”.
Como mi adorado Macaluso es arquitecto, dibujante y artista, se sintió muy identificado con ella y por eso le echó tales ganas al discurso. Luego, un grupo de música en vivo amenizó el coctel, sucedido en una carpa donde todos nos hicimos bolita para evitar el chipi chipi, que no impidió que el evento se llenara. Sí, con lluvia, tan lejos y en tacones, pero llegamos…
Soy guapo, luego existo
Luego de aquello corrí hacia el Hotel Hyatt donde se celebraron los Premios de Belleza Gentleman, organizados por Ediciones Tourbillon y el director de la revista Javier Fernández de Angulo y su editora Daniela Valdez, con el apoyo de la experta en belleza Mayalen Elizondo.
Fue en la Residencia del Hyatt, spot que se está poniendo muy de moda y que últimamente lo han elegido mucho para coteles y eventos privados, y la verdad es que está divino; nada que ver con los viejos y pasadísimos de moda salones del extinto Nikko.
Volviendo al evento, se premiaron a varias marcas por sus aportaciones a la belleza masculina, de lo cual, haré un statement necesario: queridos míos, como dice el filósofo Gilles Lipovetsky, a quien conocí en su reciente visita a México, considero queeeee: “Los hombres quieren verse poderosos no guapos”, pero la mejor forma de mostrar su poder es: ¡¡siendo guapos!!
Es decir: vistiéndose bien, conduciendo bellos coches, portando finos relojes (no necesariamente un GP, tampoco vamos a ponernos muy exigentes, ni que yo los invitara), y cuidando su apariencia. No hay nada más lastimoso que un hombre guapo que tiene la altura, el porte y la distinción, pero que se viste como lumpen, se encorva, se desgarba y se descuida la piel pensando que esas son cosas de niñas.
El objetivo, como dice Lipo, es “lucir poderoso”, y nadie con camiseta polo fajada con jeans se ve guapo, aunque sea poderoso (que se pongan el saco varios). Tampoco te ves poderoso ni guapo ni cool si traes el pelo espantosamente cortado, a menos que traigas un look cool de pelo largo o despeinado, ¡pero hasta para eso hay que ir al salón!
Por cierto… Jonathan Mas estrenó parlour en la colonia Juárez, Marsella 3, para que vayan y hagan una cita con el peluquero de las estrellas y socialités, hombres o mujeres; es un crack.
Dicho lo anterior, los invito a que, si tienen buen cutis, no lo descuiden lavándose la cara con jabón Zest, que los acabará deshidratando y cuando tengan 60 se van a ver como Peter O’Toole a los 90. Pónganse bloqueador o parecerán taxistas con marcas disímiles por todo el cuerpo, cuello y cara, y finalmente, párense como hombres, no como payasos: saquen el trasero (sí, también tienen trasero), alcen el pecho y créanse la de ser un rey.
El dinero no hará al poder (aunque a veces sí, y al revés, y ya saben, temas sociopolíticos que no son nuestra historia), pero la imagen puede hacer al poder (ay, hasta yo me la creí que sí leo filosofía económica), porque si nos vestimos como losers, como losers nos tratarán.
Así es, yo no inventé las reglas, la imagen manda y la apariencia del cuerpo importa, como dijo Lipovetsky.
Así que cuídense y déjense de chorradas machistas del tipo: “eso es para gays o viejas”. Pues les tengo noticias, chicos: los gays y las viejas somos más poderosos que ustedes, mis queridos fachas de tres al cuarto (ya no hablemos de sensibilidad creativa o esa capacidad de nunca rendirnos y hacer todo lo que queramos porque podemos; no quiero ser tan ruda, jejeje). Acéptenlo, and move on.
Guapo… y borracho
Por último y para darles respiro, voy a platicar de otro macho alfa, pero que sí entiende el poder de la imagen; hablo del guapo Julio Patán, quien presentó en la licorería Limantour su libro “Cocteles con Historia” de Editorial Planeta, en el que cuenta vida y anécdotas de los borrachos más famosos de la cultura popular y literaria (y de quién se deje); está divertidísimo, es un libro que todo bebedor de buena cepa debe tener. Julio invitó a sus amigotes a participar en el libro, entre ellos Rafa Pérez-Gay y Armando Vega-Gil.
Al evento acudieron personalidades del mundo literario y hasta televisivo. Fue sólo para invitados. Cuando vi entrar a Luis de Llano supe que estaba en el lugar adecuado. Jejejeje. Bueno, cada quien sus vicios: yo bebo y fumo puro, por ejemplo…
Presentó la siempre bien ponderada Mariana H; vimos por ahí a Nico Vale y su novia Alejandra Barros, a la guapérrima María Scherer, dando recetas para la cruda, e Iñaki de Fobia y Moderatto, quienes disfrutaron de los cocteles que iban sirviendo durante la presentación: whisky con pétalos de rosas y clásicos Tom Collins y hasta champagne…
No es que quiera promocionar el alcoholismo, sólo los invito a disfrutarlo con moderación; es cosa cultural, en serio (yo siempre opino que no hay que confiar en los abstemios). Sólo recuerden la gran frase de Humphrey Bogart en Casablanca, interpretando a Rick Blaine, cuando el general del Tercer Reich le pregunta: ¿Nacionalidad? Y él, simple y serenamente le contesta:
“Borracho”.
I salute you, Rick…
¡Nos leemos próximamente!
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