Hace unos días llegaron al Foro Cultural Chapultepec dos musicales de Broadway: “El sello escarlata” y el regreso de la exitosa producción “El violinista en el tejado”.
“El Sello Escarlata” de Nan Knighton y Frank Wildhorn, basada en la novela de Baroness Orczy, es una aventura musical que involucra romance, intriga, espionaje y mucha acción con más de 40 actores y 20 músicos en escena bajo la dirección de Ricardo Díaz y la dirección musical de Rubén Peralta.
Calificado como “El Musical más fascinante de Broadway”, ésta es la primera vez que se podrá ver en México.
Sobre El sello Escarlata:
Situada en Francia e Inglaterra durante el reino del terror y la revolución francesa, la historia fue la primera en involucrar un héroe que disfraza su identidad. Percival Blakeney (Enrique del Olmo D. / Efraín Berry), oculta a su esposa, Marguerite (Irasema Terrazas / Yolanda Orrantia), su doble identidad como aristócrata mentecato y líder de la Liga del Pimpinela Escarlata, una valiente agrupación de hombres que rescatan a numerosas personas de la guillotina. Su némesis en Francia, el Ciudadano Chauvelin (Luis René Aguirre / Abel Fernando) jura ante su jefe, el Ciudadano Robespierre (Felipe Lozano) que dará con el paradero de la liga y los arrestará. Chauvelin cree que podrá solicitar la ayuda de Marguerite, pero está muy equivocado.
Con libreto de Nan Knighton y música de Frank Wildhorn, la escena vibra con combate de espadas, intrigas, engaños y un gran romance realzado por la vestimenta de la época y el tono cómico de la obra.
Por su parte y después de ser nominada a las Lunas del Auditorio, «El Violinista en el Tejado» regresa a las marquesinas después de año y medio de una exitosa gira por el interior de la República.
El Violinista en el Tejado es la obra clásica del teatro musical que estrenó en Broadway en septiembre de 1964.
Sobre El Violinista en el tejado:
Basada en las historias de Sholem Aleichem sobre Tevye, el lechero, y sus hijas, que se publicaron por primera vez en 1894, la puesta en escena original fue la primera en presentarse más de 3000 veces y ha sido galardonada con 9 premios Tony en aquel entonces y posteriormente como mejor reposición en 1991.
El nombre de la obra se inspira en una pintura de Marc Chagal, El Violinista, de 1913, que a su vez inspiró el diseño escenográfico de la primera puesta en escena. La historia ilustra la precaria situación de los habitantes del pequeño pueblo ruso de Anatevka en la Rusia zarista y cómo el apego a sus tradiciones les permite enfrentar la dura vida, los cambios sociales y políticos de su entorno, centrándose en la fe, en el amor familiar y en un profundo sentido de comunidad. Narrado por el personaje principal en una íntima conversación, el tono humorístico, profundamente humano y entrañable de la obra la hacen sobrevivir al tiempo y llenar los corazones de todos cuantos la presencian.