No corren buenos tiempos para Ferrari en la Fórmula Uno. Tanto que en las últimas horas acaba de presentar su dimisión el director deportivo de la casa, Stefano Domenicali.
En su lugar fue designado Marco Matiacci, presidente y consejero delegado de la división de la marca en Norteamérica.
En el Gran Premio de Bahréin, el último de los que se ha disputado, el piloto español Fernando Alonso acabó noveno, mientras que el otro piloto de la escudería, el finlandés Kimi Räikkönen, fue décimo.
Domenicali había sustituido a Jean Todt al frente de la gestión deportiva de Ferrari en 2008, donde trabajaba ya desde 1991, primero en el sector administrativo de la empresa y luego como Jefe de Logística y relación entre el equipo y las autoridades deportivas.
El ahora ex director dijo que su decisión es para dar «un cambio radical en la escudería», tras los últimos años de malos resultados.
«Hay momentos en la vida profesional de uno en la que debe tener el valor de tomar decisiones difíciles y sufridas. Es la hora de dar un cambio importante. Como jefe me sumo la responsabilidad de la situación que estamos viviendo y se trata de una decisión tomada para dar un cambio radical a nuestro ambiente y por el bien de nuestro grupo al que estoy muy unido», explicó Domenicali.
También dedicó un agradecimiento especial al presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, del que dice le ha siempre apoyado y se despide de todos los seguidores de Ferrari con el «malestar por no haber recogido todo lo que duramente se ha sembrado en estos años».
Por su parte, Luca Cordero di Montezemolo aceptó la dimisión de Domenicali y le agradeció «su constante contribución y empeño y su gran sentido de responsabilidad que ha sabido demostrar también hoy anteponiendo el interés de Ferrari al suyo».