Cerca de 30 osamentas humanas, cuya antigüedad se calcula hacia el segundo milenio antes de nuestra era, que fueron halladas en la cueva de La Sepultura, en el estado de Tamaulipas, podrían estar emparentadas con los primeros pobladores del continente americano, según el estudio genético encabezado por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Con base en estudios osteométricos, de ADN antiguo y pruebas de radiocarbono aplicados a los restos óseos recuperados en el municipio de Tula, en la Sierra Madre Oriental, se “demostraría que en esta área se encuentran indicios de uno de los linajes genéticos más antiguos de América”, asociados con el de los hombres que cruzaron por el Estrecho de Bering 12 o 10 mil años atrás.
El proyecto de exploración y excavación de cuevas mortuorias en Tamaulipas busca “comprender mejor el origen, desarrollo, calidad y estilo de vida de las culturas milenarias que se establecieron en la región”, informó el antropólogo físico Jesús Ernesto Velasco González, del Centro INAH-Tamaulipas.
Dijo que los estudios de morfología craneal, de ADN antiguo y radiocarbono realizados a los materiales obtenidos, “van a permitir profundizar en el conocimiento sobre la extensión y prácticas culturales de los cazadores recolectores”, y su relación con otros grupos sedentarios que practicaban la agricultura.
El especialista añadió que los resultados preliminares de la investigación, iniciada en 2009, indican que el ADN de los restos esqueléticos de cerca de 30 individuos, rescatados en 2011 en la cueva de La Sepultura, “podría ser muy antiguo, pues estos linajes se remontarían a grupos de 10 y 12 mil años antes de Cristo”.
Éste y otros análisis, traerán certeza sobre el origen de los grupos prehistóricos del Noroeste mexicano y su dispersión a través del tiempo.