Candy Crush Saga se ha convertido en uno de los juegos más populares en la historia de Facebook, al superar los 100 millones de descargas mensuales para equipos móviles con Android, apenas siete meses después de su lanzamiento.
No sólo esa cifra sorprende, sino que además cuenta con 15 millones de jugadores diarios y en la red social ya tiene más de 34 millones de «Me Gusta».
Hasta el año pasado, FarmVille era el juego que lideraba entre las más populares de Facebook, sin embargo, éste mes, Candy Crush Saga hizo historia y se quedó con el trono.
El juego, creado por la empresa King, se encuentra disponible para iPhone y iPads, y lidera la lista de las aplicaciones recomendadas en App Store.
Victoria Lori, de la agencia de marketing digital Adviline, analizó que el éxito del juego radica en que cada vez que una persona lo juega, sus amigos reciben invitaciones para hacer lo propio, además «la mecánica de juego requiere ayuda de amigos para avanzar».
Al respecto, otro desarrollador web, Carlos Aráoz, aseguró que “por un lado tenemos la simpleza del juego, cualquiera puede jugarlo, y es por eso que se engancha la gente grande además de los chicos. Pero el hallazgo fue agregarle el condimento social, la vinculación con Facebook”.
Adictos
Por otro lado, la psiquiatra Verónica Mora coincide con Aráoz, y cree que el juego les gusta a los más jóvenes porque “ven un atractivo en superar las dificultades. Deshacer su propia inteligencia para superar cierto desafío les resulta muy divertido, más aún si se presentan muchos, rápido y simultáneamente”.
Además, “como todos los juegos que tienen mucho color y mucha estética, son particularmente atractivos para las mujeres” adultas, que representan el 70% de los usuarios.
Sin embargo, algunos especialistas mostraron su preocupación por el grado de adicción que desarrollaron algunas de las personas que lo juegan.
Al respecto, Mora añadió que “si uno empieza a tener un comportamiento que está siendo un poco excesivo y se da cuenta de que el juego está alterando de alguna manera la vida normal, quizás se deberían instrumentar ciertas medidas de control para que no se convierta en una adicción”.