Para celebrar el 110 aniversario de Cadillac, marca que simboliza el glamour estadounidense de los años 50 y 60, la editorial Assouline, especializada en libros ilustrados de lujo, publica Cadillac, un libro-objeto sobre la trayectoria del constructor automovilístico desde principios del siglo XX hasta nuestros días.
La obra, ya salió a la venta este mes y es una edición limitada a 500 ejemplares con una caja negra donde figura el logotipo de Cadillac grabado en metal. Asimismo, la editorial propone una versión no limitada de tapa dura, más económica que la anterior. El vicepresidente de marketing de la compañía, nos afirma que «Cadillac forma parte de la cultura de Estados Unidos y de todo el planeta. Hoy en día todavía ocupa un lugar esencial, de primera fila en diseño y tecnología, y estamos orgullosos de que nuestra marca haya inspirado a Assouline» confirmó.
No es ningún secreto que a grandes figuras como Elvis Presley le encantaban los coches y tenía una especial preferencia por la marca Cadillac, que a lo largo de su vida fue comprando más de un centenar de automóviles, entre ellos el emblemático Cadillac Serie 75 Fleetwood Limousine de 1960. La carrocería llevaba 40 capas de una pintura elaborada con polvo de perlas y diamantes. Por dentro no sólo tenía radio, teléfono, tocadiscos y televisión, sino que además contaba con un limpiazapatos recubierto de oro de 24 quilates para que el cantante luciera siempre calzado impecable.
Pero Elvis no fue el único. En la década de los 50, veías a Marilyn Monroe o Clark Gable a bordo de flamantes autos de color rosa chicle, azul metalizado o amarillo claro.
La historia de Cadillac nació de las ruinas de la Henry Ford Company, una empresa fundada en 1901 por Henry Ford, junto a William Murphy y Lemuel Bowen. La empresa se fue a pique en apenas unos meses. Ford tenía una visión diferente a la de sus socios y acabó abandonando la firma. Murphy y Bowen decidieron liquidar lo que quedaba pero el director de la fábrica, Henry Leland, les convenció de seguir adelante, por lo que crearon una nueva sociedad bautizada Cadillac, en homenaje al explorador francés Antoine Laumet de la Mothe Cadillac, fundador de la ciudad de Detroit en 1701.
El primer modelo se exhibió en 1903, en el Salón de Nueva York. Un auto pequeño, con un motor monocilíndrico que alcanzaba los 40 km/h. El éxito fue inmediato, ya que recibieron más de 2.000 encargos, toda una proeza para una marca completamente desconocida.
Cadillac es algo más que coches, ya que siempre ha inspirado a numerosos artistas. La revista Harper’s Bazaar, en 1962, encargó a Andy Warhol una reflexión sobre el coche como icono de Estados Unidos, esta obra se llamó “Twelve Cadillacs”. También ha inspirado al mundo de la moda, Prada lanzó el pasado enero una colección de zapatos inspirada en la estética Cadillac de los años 50.
Más info: Cadillac. The standard of the world.