Claus Porto lleva produciendo jabones desde 1887. La fabricación artesanal de sus productos y la intensa fragancia y consistencia que poseen han hecho de esta legendaria marca portuguesa una firma destacada.
El proceso tradicional de elaboración de estos jabones, consiste en moler siete veces el jabón, de este modo el jabón se hace más consistente, y así la mezcla tiene menos burbujas de aire y más intensa la fragancia. Y esto es lo que se consigue: un jabón más denso y duradero que el resto, en el que el aroma y consistencia dura hasta el último trocito de la pastilla.
Otra particularidad de estos jabones es su secado. En vez de utilizar secadores de aire caliente como la mayoría de los fabricantes, los jabones Claus Porto se secan al aire libre durante más de dos días, de forma que el jabón permanece compacto y no se agrieta. Contienen manteca de karité y aceites esenciales, lo que les proporciona una extrema cremosidad que ayuda a hidratar y proteger la piel. Las fragancias de los jabones proceden del sur de Francia y perduran hasta el final.
Hay además diversidad de productos: jabones para invitados (unas pastillitas de jabón que caben en el hueco de la mano), jabones líquido, jabón de ducha y velas.
Son 100% naturales, biodegradables y ecológicos. Se destacan por los innovadores diseños individuales de las envolturas son reconocibles sus productos, posicionando la marca dentro del mercado de la perfumería.
Textura, suavidad y espuma con aromas de almendras, miel, mimosa, lavanda, uvas, naranjas, rosas, lima, lirios, sándalo, pera, melón, acacia, de mar o amapolas.
Entre sus productos encontramos jabones en pastillas de distintos tamaños -150, 350 y 50 gr-, jabones líquidos, gel de baño, sales de baño y velas aromáticas.