El cine siempre estuvo relacionado y se convirtió en un lugar muy importante para los íconos de la moda de ayer, hoy y siempre. Por esta razón, realizamos un top five de los vestidos de films que han quedado para la historia de la moda mundial y más de un diseñador se ha inspirado en estos modelos para las tendencias actuales.
Comencemos por Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes (1961), de Blake Edwards. Si bien todo el vestuario del film es mítico, el little black dress de Hubert de Givenchny, bajo la supervisión de Edith Head, con el Audrey Hepburn se convirtió en ícono de masas.
Otro de los trajes que causó furor es el de Rita Hayworth en Gilda (1946), de Charles Vidor. Con este vestido, ella cantaba con su estilo único la canción “Put the blame on Mame” y volvía locos a todos los hombres de su alrededor.
Liza Minnelli, una de las actrices más importantes del siglo XX, llevó en Cabaret (1972) de Bob Fosse, uno de los vestuarios más emblemáticos de su generación. El Berlín de los cabarets nocturnos en los años 30 quedó muy bien reflejado en esta película musical y generaciones enteras la han imitado.
Cómo olvidar a Carrie Fisher, en La guerra de las galaxias (1977), de George Lucas. Encarnando a la princesa Leia, uno de los íconos femeninos del cine más contemporáneo, su vestido-túnica blanco y sus moños trenzas son de los vestuarios más recordados de la pantalla grande.
Por último, la actriz y modelo Michelle Pfeiffer en Batman vuelve (1992), de Tim Burton, quien encarnó a la gatita más sexy de la historia del cine, con un traje completamente ajustado de cuero, que actualmente sigue siendo tendencia.