Menos famosa que Phuket pero igual de encantadora, Koh Samui es una isla discreta y pintoresca con temperaturas ideales entre febrero y junio. Poca vida nocturna pero mucho relax.
Muchas horas anuales de sol, hospitalidad de los anfitriones (los tailandeses, quizás exceptuando a los de Bangkok, son muy amables) y playas de fina arena blanca que se extienden por decenas de kilómetros.
Koh Samui, isla a la que se llega en ferry o avión (sólo vía Thai Airways en este último caso) posee 275 kilómetros cuadrados y es un destino de creciente interés para los viajeros inclinados hacia el relax antes que a la vida nocturna. En Chaweng, no obstante, si se pueden combinar ambas cosas. En el resto de las cinco grandes playas de Koh Samui (Lamai, Maenam, Bo Phut, Choeng Mon y Big Buda) la noche es tan serena como el día.
Pero no todo se agota en el paisaje paradisíaco. Es recomendable recorrer el interior de la isla para conocer los templos budistas de Wat Phra Yai (con su imponente buda de 15 metros de altura y escalinatas muy ornamentadas) y Wat Khunaram, dónde hay un monje momificado que se conserva en la insólita postura de la meditación.
La fecha ideal para recalar en Koh Samui es entre los meses de febrero y junio (temporada seca). El resto del año el clima también es afable pero las lluvias son persistentes.