El actor, a quien hace poco le diagnosticaron cáncer de garganta, deberá realizar un duro tratamiento en Nueva York, a partir de esta semana que, si no funciona podría dejar de hablar, oler y saborear. La intención es evitar una cirugía.
Se espera que el ganador de un Óscar llegue a recuperarse por completo de esta enfermedad, aunque existe la posibilidad de que falle y no pueda volver a actuar en la gran pantalla después de someterse a radiación y quimioterapia.
El doctor Lawrence Tena, del Departamento de radiación y oncología del Beth Israel Comprehensive Cancer Center de Nueva York, declaró: «Cuando un paciente necesita radiación y quimioterapia, lo normal es que tengan un cáncer avanzado«. «Entre el 60 y el 70 por ciento de los pacientes, incluso con cánceres avanzados, sobrevive», añadió el doctor porque «localizar el tumor significa que el cáncer no se ha dispersado por debajo de la clavícula», es decir, que «si es localizable, se puede curar».
El actor, de 65 años, pasa todo el tiempo posible en compañía de su familía: su mujer Catherine Zeta-Jones y sus dos hijos, Dylan, de 10 años, y Carys, de 7.