Un fotógrafo entabló una demanda para que le devuelvan siete imágenes de la diva desnuda, que había tomado en la legendaria «Última Sesión» en un hotel, semanas antes de su muerte.
Bert Stern, quien es dueño de los derechos de miles de imágenes de Monroe, tomó las fotografías en cuestión en julio de 1962 en el Bel Air Hotel. Ahora, exige de vuelta las impresiones de tres personas que las obtuvieron. Stern había vendido las fotos a la revista Eros, pero las imágenes nunca fueron devueltas, según la demanda presentada en el Tribunal Supremo del Estado de Nueva York.
El fotógrafo no se percató que las imágenes estaban perdidas hasta que se le acercaron tres individuos que las habían conseguido y querían registrar los derechos, dijo su abogado Stephen Weingrad. Estos individuos «ofrecieron devolver las impresiones restantes demandando una compensación o pago», agregó el abogado demandante.