Charlie se tomó unos minutos en su apretada agenda para darnos una entrevista exclusiva en la que hablamos de todo un poco.
Hoy es uno de los momentos más importantes para el publirelacionista y fundador “México Vivo”, sin embargo detrás de este hombre hay muchas historias que contar…
Guerrero, solitario, viajero empedernido, amante de la comida picosa y de los paseos por los barrios de la ciudad de México, amigo de los famosos y socialités, fan de una interesante charla y una buena lectura en un desierto… Charlie Cordero sin duda es uno de los personajes más emblemáticos en la lucha contra el sida en nuestro país. He aquí una parte de su interesante historia.
Su lucha contra en sida
Charlie Cordero es fundador de “México Vivo” . Fundación que apoya activamente la investigación y lucha contra el SIDA junto con Rodrigo Moheno y Miguel Ortiz Monasterio.
Estuvo muy cerca del virus desde hace 24 años, cuando vivió la enfermedad que atacaba a sus amigos cercanos “soy portador del virus detectado en el año 1995, pero lo padecí desde mucho antes, entre 1985 y 1995 pude ver mis amigos sufrir estragos terribles por el virus, el deterioro del cuerpo en aquel entonces era muy fuerte” comenta.
Para Charlie enfrentar la enfermedad no fue cosa fácil, la sociedad, la cultura y el pesimismo fue clave para detonar una terrible depresión en el publirelacionista.
“Por mi parte, cuando me tocó ser positivo ante el virus, rechacé la enfermedad de una forma terrible, de pronto me dejé ir a las drogas y al alcohol en un abismo sin salida, sin embargo hubo gente muy cercana a mi, como Mariana Cuevas y Paulina Rubio que estuvieron ahí para apoyarme, ellas siempre estuvieron muy al pendiente de que mi actitud cambiara”
Durante casi cinco años Charlie vivió momentos muy duros en su vida, sin embargo una luz de esperanza asomó a su realidad y en esto sus amigos tuvieron mucho que ver. “Cuando el virus se apoderó de mi cuerpo y mi estado emocional estaba por los suelos, Mariana se acercó y me dijo: “Charlie, tienes dos opciones: una, que tengo un médico que quiero que vayas y otra es que tu suicidio lento nos está llevando entre las patas a las personas que te queremos”.
Esas palabras fueron clave para que Cordero se diera cuenta que no todo estaba perdido, “ eso me hizo reaccionar, y cambié el chip en mi mente, no por casualidad sino por causalidad, fue entonces que así me acerqué a un médico maravilloso, el doctor Reyes Terán».
Pese a que Charlie Cordero se levantó para hacer frente a su enfermedad, no todo eran buenas noticias, “ cuando lo fui a ver, el doctor me dijo que no me daba más de seis meses de vida, pero si quería podíamos llevar a cabo un tratamiento siempre y cuando me comprometiera a seguirlo al pie de la letra, fue así como yo decidí medicarme, pero lo más importante no era eso, sino cambiar mi actitud ante la vida».
En el transcurso del tratamiento Charlie creó “México Vivo” junto con dos socios más que decidieron levantar la fundación que poco a poco ha logrado consolidarse y ser de las más emblemáticas en México.
Durante estos años él ha conseguido una estabilidad emocional como nunca antes, en la que sus amigos, sus viajes, la fundación, su trabajo como publirelacionista han tenido mucho que ver.
“Yo creo que nunca me he encontrado con una estabilidad emocional como en la que me encuentro ahora, estoy solo, no tengo pareja, soy una persona que hice lo que quise en la vida, me enamoré de mis tres parejas anteriores, sé lo que es el amor, incluso esta enfermedad tiene que ver mucho con el amor, siento una paz interior y además le encontré un sentido a mi vida con la Fundación.
Soy una persona que no ha cambiado, he modificado muchas cosas en mi vida, pero te puedo decir que hice de la fiesta una profesión hace 29 años, y sigo haciéndolas, claro, ahora para la Fundación, tengo sentido del humor, y no quisiera que muchas personas pasaran lo que yo pasé”.
Hoy Charlie Cordero suma amigos en todos sus eventos, visita a muchos si es necesario cruzar mares para verlos, es capaz de irse solo a meditar durante días a un desierto mexicano o aunarse a los bullicios de Nueva York, puede apreciar la belleza de la ciudad en una casona de la colonia Roma, o ponerse rojo de alegría con una buena comida condimentada de mucho picante.
Este tipo de personajes asoman una luz de esperanza a una enfermedad que día a día sorprende a cientos de mexicanos, hoy Charlie Cordero lucha con su propia enfermedad y con las demás personas que ven en él a un amigo para toda la vida.