El Palacio de la reina Beatriz, ha pasado por una broma de muy mal gusto, pues unos reporteros holandeses metieron una bomba falsa poniendo a toda la seguridad del lugar con los pelos de punta.
La prensa ha catalogado el acto como ridículo para a los vigilantes de la residencial real de Noordeinde, en La Haya.
De ahí que el jefe antiterrorismo, Erick Akerboom, reconoció que los vigilantes del palacio cometieron un error. Los partidos de la oposición exigieron una investigación.
El incidente resulta vergonzoso, no sólo para la guardia palaciega, indicaban ayer comentadores locales.
No han pasado ni seis meses desde que en el feriado nacional un atacante errara por poco su blanco: el vehículo en que se trasladaba la reina Beatriz de Holanda.
Las imágenes del ataque sangriento el 30 de abril, el Día de la Reina, dieron la vuelta al mundo.