Un diálogo entre el arte de la confección exquisita y las necesidades inmediatas del hombre viajero y contemporáneo fue el eje temático del debut de Alessandro Sartori como director artístico de Ermenegilo Zegna.
Predominan los contrastes -tecnología vs. tradición, sastrería vs. construcciones deportivas- con un mensaje sincrónico: fácil, rápido, un lujo relevante para el momento y pensado para disfrutarlo, además de un espíritu multicultural, para todas las edades y múltiple, como la masculinidad contemporánea.
El desfile tuvo lugar en el icónico espacio de Seven Heavenly Palaces de Anselm Kiefer, en el que lució el tejido Casentino, fabricado con cashmere ultraligero, permitiendo adaptarse como prendas de exterior o el Trofeo Cashmere Denim, así como el cashmere de fieltro y jacquard acolchado tubular.
El jacquard geométrico – complejo y dibujado a mano – aporta un giro a los patrones clásicos de sastrería, con siluetas suaves y activas, definidas por una línea fuerte en los hombros y una caída natural.
Los cordones moldean la silueta de los abrigos y de las field jackets, con chamarras y parcas ligeras, cremalleras de goma y una paleta de colores orgánicos que va de los blancos invierno y gris claro a camel, vicuña, clavo oxidado y tierra africana, para profundizar en sombras de sangre, estanque, pavo real verde y azul journal.
También tuvieron presencia los accesorios como sneakers, brogues robustos con suelas de silicon, carteras y mochilas de gran tamaño y maletines con forma de libro, además de un telar especial que convierte las finas tiras de cuero en un nuevo tejido: la innovadora Pelle Tessuta.