Desde su apertura, Emilio ha sido un éxito rotundo. Después de muchos años de llevar Relaciones Públicas para muchos restaurantes, estoy cierta que hay muchos factores para llegar a ser uno de los consentidos de un público bastante exigente: la comida, el servicio, el equipo que lo lleva, la decoración, la música y location, location, location. Emilio lo tiene todo.
Christian Shehadi, PR de Grupo Ituarte, e Iker Martín, Gerente de Emilio, nos platican que durante más de seis años, Alberto Ituarte buscó el lugar perfecto para poner un local en Polanco ¿Por qué buscó durante tanto? Porque sabía que si encontraba un lugar mágico, este se convertirá en un clásico en una de las zonas restauranteras con más demanda y prestigio de la ciudad.
La terraza del Emilio es un must para todos los que quieren ver y ser vistos, pero más allá de esto esta su deliciosa carta, la cual en esta parte del restaurante es mucho más botanera y de antojos que en la parte de arriba, en donde podemos encontrar una sofisticada oferta internacional, con el sello Ituarte.
La fama de Emilio no es casual, detrás de este concepto esta ni más ni menos que Alberto Ituarte, famoso por sus banquetes; así como por su fama de excelente restaurantero, quién platica que durante años barajó la idea de abrir algo en Polanco, pero siendo muy detallista deseaba el lugar perfecto para implementar un concepto basado en extraordinaria gastronomía internacional y un servicio impecable. Seis años después encontró el lugar de sus sueños en una locación impecable.
Emilio tiene un giro gastronómico diferente a Zeru, Puerto Getaria, Jeronimo o Alaia, ya que se aleja del tema de la cocina vasca. En entrevista con el Chef Ejecutivo Adrián Marín, nos platica alegremente que es castellano, de la cuna del arroz. Prueba de ello son los deliciosos arroces que se encuentran en la carta. Desde su olor, estos platillos despiertan el goce de los comensales ya que son perfectos al olfato, a la vista y al paladar. Uno de los más vendidos es el arroz verde; extraordinario, pero no se puede dejar de lado la cazuela de arroz con bogavantes o el arroz negro; simplemente perfecto.
Emilio tiene dos espacios, la plata baja y terraza que son más sociales con un tema light e informal en donde se ofrece una carta de botanas que van desde paninis betabel crujiente y croquetas de cochinita pibil, entre otros. En la parte superior encontramos platillos de alta cocina en donde las bases y el sello de la cocina de Alberto Ituarte están presentes pero con un toque más internacional.
De los famosos de la carta: La burrata con tomate dry, una entrada muy vendedora, los medallones de fois con higo caramelizado, deliciosos, o una crema de parmesano con polvo de maiz crujiente. O del mar, una oferta interesante es la cazuela mediterránea de pescados y mariscos. Y la joya de la corona, cachete meloso, carne de cerdo cocinada por 12 horas.
En la cava, más de 60 etiquetas están listas para acompañar los platillos, además de que el carrito de gins con exquisitas aguas quinas importadas son lo de hoy. No dejen de tomar el preparado con cardamomo.
¡Buen provecho!