Once meses, entre 1932 y 1933, fueron los que pasaron Frida Kahlo y Diego Rivera en Detroit, donde el muralista mexicano pintó el famoso mural «Detroit Industry», considerado una de sus mejores piezas.
A partir del 15 de marzo, el Instituto de Artes de la ciudad estadounidense inaugurará una exposición con casi 70 obras de Rivera y de la gran pintora, la mayor muestra desde que la bancarrota de la ciudad amenazó la muestra.
«Diego Rivera and Frida Kahlo in Detroit» incluirá los dibujos preparatorios de Rivera para los frescos de 27 páneles, que no se han mostrado en casi 30 años, además de trabajos prestados por otros museos en Estados Unidos y México, junto con coleccionistas privados.
Juan Coronel Rivera, nieto del muralista, dijo a periodistas que fue sobrecogedor investigar sobre su abuelo, para lo cual analizó archivos e cartas que Rivera escribió a Kahlo cuando ella partió de Detroit para acompañar a su moribunda madre en México.
«Cuando el mural se terminó, fue la pieza de arte moderno más importante en Estados Unidos», dijo Coronel en referencia a la obra que se incluye dentro de los trabajos que celebran temas revolucionarios, que generaron polémica en Estados Unidos.
En Detroit, Frida Kahlo desarrolló algunas de sus obras más famosas, incluida «Henry Ford Hospital», que fue prestada por el Museo de Arte Moderno de San Francisco.
En aquellos tiempos, la genial artista mexicana era una desconocida, y vivía atormentada por temas como su aversión a la cultura estadounidense o la fertilidad.