Un 7 de enero, del año 1917, fallecía Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, más conocido como Juan Rulfo, uno de los escritores más influyentes del siglo pasado y creador de obras trascedentales como «El llano en llamas» o «Pedro Páramo».
Ganador de reconocimientos como el Premio Príncipe de Asturias, en 1983, o el Premio Xavier Villaurrutia, el genial escritor, guionista y fotógrafo mexicano fue una de las figuras salientes de la denominada Generación del ´52.
Aquí te compartimos algunas de sus frases y pensamientos más celebrados para recordar al notable intelectual mexicano:
Te voy a dar un consejo antes que nada: no te enamores nunca, porque duele; duele aquí donde la gente dice que tenemos el corazón».
¿La ilusión? Eso cuesta caro. A mí me costó vivir más de lo debido».
Junto a tu nombre el dolor es una cosa extraña. Es una cosa que nos mira y se va, como se va la sangre de una herida».
El tiempo es más pesado que la más pesada carga que puede soportar el hombre».
Sueño con la tranquilidad que, según yo, es la mayor riqueza del hombre. Espero la magia de otras noches porque yo soy un tecolote. Todo lo hago de noche».
Todo escritor que crea es un mentiroso; la literatura es mentira, pero de esa mentira sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación».
La imaginación es infinita, no tiene límites, y hay que romper donde se cierra el círculo; hay una puerta, puede haber una puerta de escape, y por esa puerta hay que desembocar, hay que irse».
No, nunca creí que el amor que te fuera a tener me atormentara tanto. Ahora me conformo con tus cartas, con esos pedacitos de tu pensamiento, y beso tu nombre y las palabras allí escritas con tus manos tan dulcemente queridas».
Los problemas sociales se pueden plantear de una manera artística. Es difícil evadir de una obra el problema social, porque surgen estados conflictivos, que obligan al escritor a desarrollarlo».
Se trabaja con imaginación, intuición y una verdad aparente; cuando esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer. Creo que eso es, en principio, la base de todo cuento, de toda historia que se quiere contar».
No hay ningún escritor que escriba todo lo que piensa, es muy difícil trasladar el pensamiento a la escritura, creo que nadie lo hace, nadie lo ha hecho, sino que, simplemente, hay muchísimas cosas que al ser desarrolladas se pierden».
Yo lloro, sabes, lloro a veces por tu amor. Y beso pedacito a pedazo cada parte de tu cara y nunca acabo de quererte.