Considerado el cuarto hotel más alto del mundo, superado sólo por las Torres Abraj Al Bait, el Rose Rotana Hotel y el Hotel Ryugyong, la «Torre de los árabes» o Burj Al Arab es sinónimo de lujo extremo.
Está situado en el mar, sobre una isla artificial localizada a 270 metros de la playa en el Golfo Pérsico, y su construcción se inició en 1994, siendo inaugurado oficialmente en 1999.
Su forma se inspira en una embarcación a vela, contando en su azotea con un helipuerto, el cual fue utilizado como cancha de tenis para una publicidad en la que participaron Andre Agassi y Roger Federer.
La decoración interior del edificio estuvo a cargo de la diseñadora china Khuan Chew, y para su construcción se utilizaron mármoles, terciopelo y hojillas de oro.
El hotel emplea a personas de más de 80 países, y es manejado por Jumeirah Group, con nueve restaurantes entre los que destaca el Al Mahara, ubicado bajo el mar, y el Al Muntaha, localizado a 200 metros de altura, que ofrece una vista panorámica de Dubai.
A pesar de su aspecto impresionante, el hotel cuenta sólo con 202 habitaciones en suite, la más pequeña de ellas de 169 metros cuadrados, mientras que la más grande tiene 780 m2.
El hotel es oficialmente de seis estrellas con lujo, aunque es descrito como «El único hotel de siete estrellas en el mundo» por el propio Jumeirah Group.
Entre los detalles de lujo extremo destacan que los huéspedes pueden soliciatar un Rolls Royce Silver Seraph para su transporte, importados de Gran Bretaña, y hasta un helicóptero que los deposita directamente en el helipuerto.
Los precios de las habitaciones oscilan entre los 2,500 y los 40 mil dólares por noche, mientras que la Suite Real, valorada en 137 mil dólares por noche, forma parte está incluida en el ranking mundial de las 15 habitaciones más caras del mundo, según CNN Go.