El nuevo heredero de la colección Hybric Mechanica se llevó cinco años de desarrollo para lograr una gran complicación como esta, cuya cereza de pastel es su caja ultra delgada de 41 mm., con ocho patentes.
Esta maravillosa pieza es una repetición de minutos con movimiento automático con un tourbillon volante, visible por el reverso, donde lucen como nunca los martillos de la sonería, “pero para lograrlo, hubo que rediseñar todo mecánicamente para poder hacer visible el rotor”, dice Loic Florentin, director de marca en Latinoamérica.
En el dial, hay, además, pequeñas aperturas que dividen los indicadores, y nos regalan atisbos del movimiento a simple vista. A las 8, se encuentra el botón de la sonería, cuya innovación está en ser eso, tan sólo un botón y no un pulsador que hay que mover hacia arriba y ahí mismo empieza la repetición de minutos.
“La resonancia está pegada al zafiro para amplificar la resonancia”, nos dice el directivo, que es otra de las bellezas técnicas logradas por esta pieza, “el sonido es algo de lo que nos sentimos orgullosos, por la calidad lograda”.
Lo que más destaca es lo limpio de la carátula, donde sólo el tourbillon está expuesto, a las 6. “No era prioridad que fuera delgadísimo, no era el reto, sino hacer un reloj que perdurara en el tiempo por las innovaciones; hacer una proeza técnica con la misma belleza”.