Durante los últimos años, Piaget se ha colocado como la marca maestra en la incorporación de los calibres más delgados en la industria relojera en cajas tan finas como espectaculares. Su más reciente pieza, presentada en el SIAR, confirma su estatus: el Altiplano 9001P.
“En 2010 lanzamos el primer reloj automático ultraplano; pero en esta ocasión que celebramos el aniversario 140 de la marca decidimos hacerlo pero con el primer reloj de pulsera mecánico ultraplano, el más delgado del mundo”, dice orgulloso, Franck Touzeau, director de marketing internacional de Piaget.
La pieza es una reminiscencia del primer calibre delgado de la marca, el Piaget 9P de 1957, y que rápidamente se convirtió en un clásico por haber sido el pionero en las cajas finísimas. Sólo que esta vez se han sublimado con una caja de tan sólo 3.65 mm de grosor.
Su puente completo tiene tres ruedas pequeñísimas, de apenas 12 mm de angostura y 145 piezas en el tercero es el que destaca más por su diminuta belleza, y “por primera vez tuvimos que comprimir la estructura de la pieza dentro de sí misma, por eso el dial viene sobrepuesto”, dice Touzeau, sobre esta pieza con 145 componentes totales.
El dial tiene un doble juego, al presentar tanto el puente como los indicadores en un subdial cargado hacia las 10, que le da un atisbo de movimiento, “Todos los componentes se ven claros y limpios en el reverso; podría parecer un esqueleto, pero no lo es y esa es la belleza estética de la pieza”.
Aun cuando los calibres ultraplanos han dominado recientemente el mercado, las composiciones de los calibres delgadísimos, “es nuestro ADN”, y, sin duda, el Altiplano 900, hasta ahora, es la pieza más lograda en cuanto a calibres planos de la historia… y no parece haber quién le arrebate el trono en el futuro inmediato.