Como parte de la alianza que establecieron en 2012 el Museo de Historia Nacional de México, ubicado en el Castillo de Chapultepec y la firma de alta relojería Vacheron Constantin, se llevó a cabo la donación de una pieza histórica de la marca, para la colección permanente del Castillo, como preludio de su participación en el Salón Internacional de Alta Relojería.
Se trata del reloj de bolsillo de 1920, Chronomètre Royal, que tiene un calibre de 22” de ajuste preciso por su sistema patentado y elaborado en latón dorado con chatón de oro y rubí en la rueda central, está contenido en una caja de oro amarillo de 18 kilates en una caja de 57 mm., muy de la época.
“Es uno de los relojes de la colección de nuestro museo, y uno de los más populares entre nuestros coleccionistas en México, por eso, decidimos que debía de estar con el resto de las piezas de este importante palacio histórico”, dijo a Masaryk.TV Christian Selmoni, Director Creativo de la marca.
El evento, que sucedió en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, fue presidido por el Director del recinto, el Doctor Salvador Rueda, quien estuvo acompañado por Valeria Rochon, directora de Vacheron Constantin para América Latina, y por la directora del INAH, la señora María Teresa Franco, quien agradeció la donación y habló de la importancia de las marcas de lujo por fomentar las artes y la creatividad de la cultura en el mundo histórico.
“Tal vez, la definición más concisa de un museo sea la de “curioso artefacto que atrapa el tiempo”, que custodia los objetos que permiten imaginar los múltiples pasados , medir los grandes y pequeños ritmos del cambio y ajustar cuentas con la historia; la vecindad de museos y relojes es paradójica pero no extraña: el museo es guardián de los tiempos largos y los relojes son herramientas que prueban que el arte y la ingeniería forman una ecuación exacta”, dijo en su discurso la titular del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Cabe señalar que dentro de la colección de joyería histórica del Castillo de Chapultepec, se encuentran piezas relojeras de los siglos XVIII y XIX, entre ellas, tres identificadas: una, del emperador Maximiliano de Habsburgo, otra del presidente Don Benito Juárez y una más del poeta nicaragüense Rubén Darío.