La vida de Tim Howard no ha sido fácil, a pesar de que por estas horas el mundo habla del portero de la selección de los Estados Unidos por sus paradas a Lukaku y otros jugadores de Bélgica, que no alcanzaron para evitar la eliminación de su equipo.
El arquero tuvo rivales mucho más díficiles, como el síndrome de Tourette, una enfermedad que aún hoy es desconocida, y que le fue diagnosticada a los 9 años.
El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico que hace que quienes lo sufren realicen movimientos repetitivos, incontrolados e involuntarios, y que emitan sonidos vocales que son llamados tics.
El hoy portero debió soportar burlas por emitir sonidos, gritos, gemidos y hasta ladridos, todos ellos involuntarios, con el prejuicio existente en la sociedad hacia lo desconocido.
En la publicación Neurology Now, Howard comentó que entre los nueve y 15 años, vivía un «caos de distintos tics, y eran bastante fuertes».
«Empezaba a averiguar cómo funcionaba un tic en mi cuerpo y luego, seis meses o un año más tarde, un nuevo tic aparecía», aseguró el arquero estadounidense.