Bigamia, amantes, traiciones, secretos de alcoba y vidas nada privadas conforman el historial de muchos de los últimos presidentes de Francia, incluido Nicolas Sarkozy, a quien acaban de arrestar por «tráfico de influencias» y «violación del secreto de instrucción» en relación con la campaña de 2007.
Desde De Gaulle al marido de Carla Bruni, la historia de los presidentes franceses ha estado signada por los escándalos, y muchos han influido en la vida política de ese país.
En los inicios de la década de 1980, Francois Miterrand hizo estallar la bomba al descubrirse que tenía dos familias. La revelación la hizo la revista «Paris Match», donde mostró las fotos de una joven muy parecida al mandatario, Mazarine Pingeot, hija natural que tuvo que reconocer Miterrand.
Otro caso sonado fue el de Jacques Chirac, con fama de mujeriego, tanto que su mujer Bernadette aseguró que las mujeres «gapolaban» detrás de él. El propio mandatario reconoció su gusto por las damas en una entrevista realizada en 2007.
En un libro publicado por su chofer, éste comentó que Chirac intentaba conquistar a todo mujer que se le acercaba. “¿Chirac? Tres minutos, con ducha incluida”, decían de él en los pasillos del Elíseo.
Luego llegó al poder Nicolas Sarkozy, que desde el comienzo llamó la atención por la permanente ausencia de su esposa, Cecilia Ciganer, en actos de campaña. Pero apareció junto al publicista Richard Attias en las revistas del corazón.
Hasta que, una vez asumió, ya divorciado, quiso tapar su fama de Don Juan casándose con la ex modelo y cantante Carla Bruni, con quien se fotografió de luna de miel en Jordania, Egipto y otros destinos exóticos.
Meses después de asumir, el presidente estaba divorciado y los medios aprovecharon para reflotar los amoríos que cada uno había tenido mientras aún permanecía el enlace. Sarkozy, hábil, tapó el furor mediático de los amantes con una nueva pareja.
Tras la boda y un bebé, salieron a relucir fotos hot del pasado de Bruni y una serie de comentarios poco favorables para Sarko.
Hasta que llegó el turno de François Hollande, el actual presidente, con una imagen más austera y discreta. Al menos eso se pensaba, luego de acabar su relación con Ségolène Royal y la revelación de su romance cool con la periodista de Paris Match, Valerie Trierweiler.
“El día de Año Nuevo, el jefe del Estado, con casco puesto, visita en scooter a la actriz Julie Gayet en su domicilio, donde el presidente acostumbra a pasar la noche”, publicó la revista Clorer, dando la puntilla a otra historia de escándalos en la máxima autoridad de Francia.