El Palacio de Bellas Artes se pintó de Cien años de soledad y vallenatos para dar el último adiós con miles de mariposas amarillas al escritor colombiano Gabriel García Márquez, fallecido el jueves 17 de abril, en su casa de la ciudad de México.
Ayer por la tarde una carroza llevó las cenizas del premio Nobel de Literatura 1982 de su domicilio ubicado en Jardines del Pedregal, al recinto cultural más importante del país, donde recibió un merecido homenaje.
Miles de admiradores, desde temprana hora, hicieron largas filas para entrar al Palacio de Bellas Artes, las cuales llegaban desde la puerta del recinto de mármol hasta la avenida Balderas, por un costado de la Alameda Central.
Las cenizas del periodista y guionista fueron colocadas por el presidente del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, sobre un pedestal negro. Al evento asistió su esposa Mercedes Barcha, sus hijos Gonzalo y Rodrigo García Barcha, y la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, María Cristina García Cepeda, así como familiares y amigos.
Según infomó Conaculta en un comunicado, más tarde, en la explanada del palacio de mármol, comenzaron a sonar los vallenatos, música que le gustaba al autor de Crónica de una muerte anunciada, cuyas canciones alternaban con la lectura en voz alta de Cien años de soledad.
Concluida la ceremonia oficial, miles de mariposas amarillas hechas de papel, volaron afuera del Palacio de Bellas Artes para dar el último adiós a Gabo.