En 2014, Issey Miyake continúa con la saga de las fragancias L Eau d Issey mediante el lanzamiento de su nueva campaña publicitaria.
L Eau d Issey y L Eau d Issey pour Homme, fragancias compuestas por el perfumista Jacques Cavallier, han sido reflejadas en imágenes por diversos fotógrafos. Desde 1992, cada uno, a su vez, ha posado su mirada sobre L Eau d Issey y L Eau d Issey pour Homme.
Irving Penn, un genio de la imagen y de la luz. Guido Mocafico, un ilusionista de la forma jugando con la naturaleza muerta, como un pintor que compone una vanitas. Marcus Tomlinson, un visionario genial que osa hacer explotar el agua con un estallido extraordinario.
Ahora, en una campaña inédita, bajo el objetivo del fotógrafo Daniel Jouanneau, los dos perfumes se muestran desde una nueva perspectiva. No se trata de una ruptura con las campañas precedentes, sino de una continuidad. La misma gracia, colmada de pureza y sencillez, que revela una poesía audaz.
Ante todo, no hay mujer, no hay hombre, ninguna musa.
Y continúa el despliegue de una pureza extrema, una armonía de formas simples y sutiles. También una evidencia, más allá del tiempo y las modas.
El fotógrafo elige poner de relieve los elementos de la naturaleza, evocando así la fragancia en sí misma.
Las dos campañas revelan espontaneidad y poesía. Pareciera que los elementos acabaran de ser depositados en el agua, vibrante aún en la superficie.
Como en un diálogo de miradas, Issey Miyake nos dice en imágenes que el agua pura sobre la piel es el mejor perfume del mundo.