¡Feliz día de los enamorados! ¿Ya le mandaron flores a su novia y reservaron en los mejores restaurantes? Demonios, a quién quiero engañar…
En realidad me es un poco intramuscular el 14 de febrero porque siempre tuve la mala, malísima suerte de que cuando era adolescente y veinteañera, nunca coincidía con que tenía novio el esa fecha y era la única de mis amigas que no tenía plan. Solo una vez lo festejé y fue tan extraño que preferí nunca más hacerlo, ya se me habían pasado la época cursi y había donado todos mis peluches.
Así que en lugar de peroratear mis noviazgos anarquistas, les cuento cuáles son mis parejas favoritas de la socialité mexicana y cuáles no. Con todo y porqués.
Me encantan
Carlos Slim Domit y Marielena Torruco: Son nuestros humildes príncipes si tuviéramos realeza; como John-John y Carolyn Bessette (ooops, mi vejez me delata, ¿alguien se acuerda de ellos?) o Andrea Casiraghi y Tatiana Santodomingo (jejeje, ya no diré más). El chiste es que los adoro por ricos y perfectos… y por sus sonrisas Colgate.
Juan Domingo Beckmann y Laura Laviada: Los vi en Zona Maco en la ceremonia de entrega del Premio Cuervo 1800 y me impactó que el siempre hermético Juan Domingo estaba de lo más platicador y convividor. Los amo por auténticos. Él pudo haberse elegido a cualquier chamaquita de 25 años, pero se enamoró de una mujer en plenitud, inteligente y valiosa por sí misma. Lagrimita Remi.
Miguel Alemán Magnani y Vanessa Serrano: Son mis eternos favoritos, él porque es un caballero de los que ya no hay, y ella por ser, además de una dama de la mejor sociedad mexicana, una chica educadísima cero arrogante. Cero.
Lorenzo Lazo y Edith González: Cuando recién se casaron me la topaba mucho en los eventos del MAP y siempre se veía nerviosa por sentirse aceptada. La seguridad que destella en escena nada tiene qué hacer con su papel de esposa, que es totalmente discreto, lo hace muy bien, lo deja lucirse a él. Eso sí, los dos son muy respingados, dirían las abuelas.
Me chocan
Jacqueline Bracamontes y Martín Fuentes: Me asaltan dos dudas. La primera, ¿él qué hace? Eso de piloto es tan profesional como yo cuando digo que soy poeta; o sea, es su hobby, no su chamba. Y la segunda: ¿en qué momento ella se volvió cool, de qué me perdí? No le vi una buena telenovela en lustros y no sé cómo pasaron a ser hot en la escena social mexicana. Neta, no me cuadran.
Eiza González y Pepe Díaz: Ese romance de ella con Liam Hemsworth, el ex de Miley Cyrus, me supo a permiso de Pepe para que se hiciera famosa en Hollywood, onda, “me tira el perro ¿qué hago?” Y aquello de que se dejaron fotografiar juntos en una boda en el Instagram del ex publicista de ella me supo a portada en Quién la próxima quincena. Cheap.
Anahí y Manuel Velasco: Me limitaré a decir que, si veo una reina más del medio artístico con un político me nacionalizo china.
Ro Ruiz de Teresa y Ale Gómez Sáinz: Siempre he dicho que si los vistieran en asamblea de primaria de Bosques ella sería Blancanieves y él su príncipe encantado. Son estúpidamente guapos, estiloso, refinados y jóvenes; pero van y vuelven, van y vuelven, van y zzzzzzzzz.
Por supuesto, hay muchas, muchas parejas increíbles que a todos nos encantan, más las que no conocemos, y a todas ellas les deseo mucha felicidad, no hoy, sino siempre (o lo que duren).
¡Nos leemos la próxima semana!