Por fin, después de cuatro años de experimentos, el quinto les quedó muy bien. La fiesta de cinco años de la revista Esquire México en el Auditorio Blackberry estuvo de lujo y los quiero felicitar. Me acuerdo cuando en el segundo año lo hicieron en una casa de Las Lomas, con lonas en el piso, en el que las invitadas nos atorábamos los tacones con los agujeros del piso y azotamos sin piedad, o que el año pasado se les cayó un plafón encima de los invitados y fue un desastre…
¡¡Pero esta vez lo lograron!!
El upgrade de Esquire
De entrada, cambiaron de productora (no esperábamos menos…) y también de convocador; este año fue Rodrigo Peñafiel, quien siempre tiene las listas top de invitados.
No quiero decir con esto que los guapos Adolfo Medina y Jaime López Gallegos, quienes solían ser los convocadores anteriores, no la tuvieran, pero Peñafiel tiene la gracia de que, además de hacer muy buenas fiestas, conoce a todo el mundo en todos los sectores: socialité, hipster, condesero, santafeño, high end, low profile, fashion, artístico, farandulero y lo que haga falta. Esta vez no fue excepción.
Como fue en el Auditorio Blackberry resultó muy cómodo porque es enorme, aunque eso sí, la zona VIP estaba un poco desierta; de hecho, las personalidades VIP ni estaban ahí, como Ana de la Reguera, que se la pasó con su amigo Aldo Rendón y sus amigos cotorreando la onda en la zona, digamos, comunes. En un espacio así de amplio no hace falta dividir a nadie.
Por cierto, vi a Fernando Arrangoiz muy solito, sin sus cuates, sin sus compadres, sin novia, sólo entre colegas del área comercial de la editorial. Qué tiempos aquellos cuando era el rey de la noche…
Entre toreros te veas
También se realizó la segunda Subasta Televisa Deportes, en el Fisher’s de la Roma, lo que le dio un ambiente más relajado y guapachoso que el año anterior. La hermosa Vanessa Huppenkothen
y el simpático Memo Shutz condujeron el evento.
En cuanto a los objetos del deseo, salieron las camisetas firmadas por Lio Messi y Cristiano Ronaldo, pero nada, ni el capote de Diego Silveti, ni los guantes del Púas Olivares, le llegaron al caballo lusitano de Pablo Hermoso de Mendoza.
Sí, el equino del famoso rejoneador salió en 300 mil pesos. ¡OMG! Yo sólo espero que el amigo que lo adquirió no piense que se puede tener en un jardín en Bosques de las Lomas…quiero pensar, ¡quiero!, que tiene rancho y caporales.
En total se recaudaron un millón 600 mil pesos a beneficio de Asociación Asomas (www.asomas.org.mx). ¡¡Bien por eso!!
Por cierto, que hablando de toreros, estoy boquiabierta con la ruptura amorosa y consecuente cancelación de la boda más esperada (¡y sorprendente!) del año entre el matador Alejandro Amaya y Ana Brenda Contreras, que iba a ser en diciembre y siempre no…
Como esas cosas son bien delicadas, pensaré que fue por alguna superstición de abuelita tipo Las buenas consciencias; ya saben, como cuando la guapa del pueblo se compromete con el aristócrata y todas la envidian, o por ejemplo, que le trajo mala suerte andar cacareando el huevo con las entrevistas del anuncio de compromiso, las fotos con el vestido, los shootings con el anillo y con la wedding planner, etcétera, y así se consumó la brujil supersticióooooon. Ni modo. Next.
Siempre será mejor decir aquí corrió que aquí quedó. O pedir perdón pero no permiso, ¿o cómo era? Anyways… Hombre sobran; millonarios no, pero ¿eso qué?, ¡el amor es lo que cuenta, manas!
Festejazo por premio ecuestre
En otras noticias, el jinete olímpico Nicolás Pizarro, número uno del ránking de la Federación Mexicana de Equitación y otros tantos más, recibió el Premio Ecuestre Don Julio y lo homenajeó con una súper fiesta en Estado Mayor Presidencial, en Constituyentes, particularmente, en el campo Carlos Salinas de Gortari.
Ahí montaron una mini carpa que hizo las veces de antro y que les quedó de lujo. Yo iba con mi ex novio-ahora-amigo-porque-somos-muuuy-europeos, James Mansfield, que estaba maravillado con el venue presidencial, del que Nicolás es estrella ecuestre, y sobre todo con el Don Julio 70, del que no se escatimó hasta el final de la fiesta…cuando nos corrieron.
Yo nunca soy la última en las fiestas y por culpa de James lo fui. Ya ni hablemos de cómo se dejó querer por las chamaquitas que se le acercaron a coquetearle (la senectud tiene esos efectos en los cuarentones, je je je), o cuando no encontraba el boleto del valet parking. O sea, no lo vuelvo a llevar. Y sí, era yo la del mink “regañe al marido”.
Al final, el balance de la noche fue una divertidísima fiesta llena de chavos (¡me pegan juventud!) y de jinetes en traje de carácter que disfrutaron de un muy buen DJ y de muy buenos cocteles. Gran fiesta.
Cata en Becco Polanco
En temas gourmet, el guapísimo Rolly Pavia fue anfitrión del champagne Cristal Jeroboam 2002, una de las más lujosas del mundo, en el Becco de Polanco, que tan olvidado ya lo teníamos (¡es que ese Becco Santa Fe y su cantinetta están de última!), y se aventó una súper cena-maridaje.
Se degustaron tres etiquetas distintas de Cristal (Jeroboam sólo fue de adorno, aclaro) y como digestivo, un oporto Ramos Pinto 20 años, en un menú de cuatro tiempos creado por el chef Julián Martínez, con cata dirigida por el sommelier Johan Valderrabano para 40 comensales.
Lo más bonito fue que Cristal destinó la venta de algunas de las botellas de los clientes a beneficio del Instituto Nacional de Cancerología. ¡Bravo!
Gina Sommelier lanza vino
Por último, mi querida y admirada sommelier Gina Estrada presentó su vino, Gina Sommelier Reserva Especial 2010, su primer vino, producido por la bodega mexicana Viña de Liceaga, una garantía de calidad, con arte en la etiqueta de Iken Studio.
El tinto Gina Sommelier tiene el plus de tener información en braile en la botella, para beneficio de personas invidentes y débiles visuales, en homenaje a la primera generación de sommeliers con esta condición.
Yo he tenido la fortuna de estar en catas con sommeliers invidentes y la descripción del sabor, potencializado por el resto de sus sentidos es algo que todos los amantes del vino debemos vivir. Fue un gran detalle de Gina.
En cuanto al sabor, tiene notas a frambuesas, grosella, canela, chocolate y taninos persistentes que lo hacen muy disfrutable para los cortes medios de carne, quesos curados y guisados no muy especiados. Se tardó cuatro años en gestarse y valió la pena.
Lo probamos en la boutique de vinos Bacus, donde estará en venta exclusiva, tanto en tienda como en versión online. Aparte, Gina tiene sus propias copas Schott Sweizel, que se pueden adquirir en su página web www.ginasommelier.com.mx También síganla en Twitter @ginasommelier, porque sus tips son buenísimos. Es mi favorita y la quiero.
Guía de vinos
Y ya entrados en gastos, por si quieren empezar a preparar su cava navideña, además del vino de Gina, ya pueden adquirir la nueva Guía de Vinos Mexicanos del experto Rodolfo Gerschman, editado por Planeta, para que nadie los chamaquee y elijan su vino a su gusto, como todo un conocedor. ¡Salud!
Nos leemos la próxima semana.