Con el propósito de promover, apoyar y difundir la cultura de la región serrana en el norte y noreste de Guanajuato, la cual destaca por ser una de las más ricas y amplias de nuestro país, con variadas expresiones artísticas, musicales, artesanales y gastronómicas, el Centro Cultural Ignacio Ramírez El Nigromante (CCIREN) ha organizado el Primer Festival de la Sierra.
Cabe destacar que este Primer Festival de la Sierra, que en esta ocasión tendrá a la ciudad de San Miguel de Allende como escenario, es un esfuerzo por convocar al conocimiento de diversos artistas y grupos abocados tanto a conservar el acervo musical tradicional de esta región, como a proponer formas innovadoras basadas en los ritmos ancestrales.
Participarán en el Primer Festival de la Sierra los grupos Son del montón, agrupación surgida en 2004 cuya característica es fusionar la música folklórica mexicana y la música urbana académica; Son Lince, que desde 2011 nació con la inquietud de acercarle al Ballet Folklórico del Instituto Tecnológico de Celaya música en vivo para sus funciones (sones jarochos, tarima de Guerrero y sones huastecos); el Coro de alabanceros de Malinto, integrado por hombres de 70 años en promedio, pertenecen a la última generación portadora de la tradición de la canción cardenche en Guanajuato, la armonía generada por una impostación gutural es cualidad única de este particular estilo de interpretar de alabanzas.
Otros animadores del festival serán Militantes de la vida, ensamble que combina ska y reggae con letras que hablan sobre el amor, el destino de cantar, las celebraciones y la magia; Fusión 10, Proyecto «Cañada de la Virgen», que debe su nombre a la obra homónima escrita por el compositor guanajuatense José Guillermo Azanza.
El grupo Tembembe hará su presentación con un concierto-fandango lleno de sutilezas y contrastes en la música, el canto y la danza. Ejecutarán piezas de libros españoles y mexicanos de guitarra barroca y tiorba, combinándolas con sones de México y Latinoamérica.
Juan Pablo Villa & Pío pertenece a la generación de músicos jóvenes que se han propuesto preservar la canción cardenche, que nace en las serranías de Dolores Hidalgo, Guanajuato, y llega a la zona lagunera de Coahuila y Durango. Un concierto que entrelaza las creaciones sonoras de la voz, los procesadores electrónicos y los objetos de Villa, con la expresión artística que Pío lleva a cabo con un proyector de acetatos y materiales como tinta, arena y charolas. Una unión de música y arte en vivo, que es posible solo a través del estado más agudo de presencia artística: la improvisación. A esa riqueza musical se suma Jaime Huapanguero, músico autodidacta que representa la auténtica tradición serrana.