Como ya es una tradición, la 55 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional inició, la noche del jueves, con la proyección de una película clásica de la cinematografía mexicana, este caso producida por Julio Bracho y fotografiada por Gabriel Figueroa, Distinto amanecer (1943) que cumple 70 años de haber sido filmada y en la que actúan Andrea Palma y Pedro Armendáriz.
La copia en 35 mm, que se exhibe a partir del viernes 8 y hasta el miércoles 13 de noviembre, fue restaurada por el Laboratorio de Restauración Digital Elena Sánchez Valenzuela, en colaboración con Fundación Televisa, que la conserva dentro de su acervo.
Las salas 2, Salvador Toscano y 3, Fernando de Fuentes lucieron abarrotadas por la prensa, invitados y público en general, pues se trata del evento fílmico más esperado por la comunidad cinéfila. Previo a la función inaugural el también cineasta egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, Pelayo Rangel, estuvo acompañado por el representante de Fundación Televisa, Mauricio Maillé y por Gabriel Figueroa Flores.
Distinto amanecer es una producción de los años cuarenta en la que Bracho logró conjugar los géneros cinematográficos de la época tanto internacionales, como el film noir y el thriller político, como las tendencias nacionales del melodrama, los conflictos familiares y el ambiente de cabaret.
Se trata de la historia de tres amigos de la infancia que se reencuentran cuando su vida ha cambiado demasiado. Uno de ellos, Octavio (Pedro Armendáriz) es un líder sindical que posee documentos que comprometen a un corrupto gobernador, por lo que su vida corre peligro.
Julieta (Andrea Palma) y su esposo, el ahora escritor Ignacio Elizalde (Alberto Galán), quienes fueron sus grandes amigos en la escuela, le brindarán ayuda para que Octavio logre presentar las evidencias que ayudarán en su movimiento obrero. Sin embargo, a lo largo de la historia Octavio descubrirá que la pareja vive de manera miserable y que ninguno de los dos es feliz, lo que despierta en él su antiguo y oculto amor por Julieta, quien tendrá que decidir entre el camino de la pasión y el del deber.
La película de Julio Bracho está enmarcada por sombrías atmósferas urbanas y nocturnas capturadas por la lente de Gabriel Figueroa, y que hacen al público actual remontarse a aquellos tiempos de la Ciudad de México.