Si eres un asiduo degustador de habanos, habrás experimentado el placer que significa disfrutar su noble y exquisito sabor. Pero…¿te has preguntado alguna vez cómo se fabrican?
Para confeccionar cada uno de los delicados habanos se necesitan hasta seis tipos de hojas de tabaco, y cada uno de ellos es cultivado y preparado para este fin.
Se mezclan, fundamentalmente, cuatro tipos de hojas para conformar lo que se llama «tripa», fuente de los ricos sabores y aromas que distinguen a un habano del resto de los puros.
Las cuatro variantes para dar sabor son:
*Volado: hoja de tabaco con la menor fortaleza, valorada especialmente por su combistibilidad.
*Seco: hoja de fortaleza media, la más importante que nos brinda el aroma.
*Ligero: hoja de gran fortaleza, de quema lenta para darle el toque fino de sabor.
*Medio Tiempo: la hoja de mayor fortaleza, proveniente de las dos hojas superiores de la planta del tabaco y que las plantas producen dependiendo de las condiciones climáticas y de cultivo de cada cosecha.
El proceso no acaba aquí. Ahora hay que darle estructura, forma, para lo cual se necesitará un poco más de laborioso trabajo.
El Capote, la hoja especial que envuelve a las hojas que conforman la tripa, define la forma del habano y da un toque final a su calidad a la hora de fumarlo.
Tampoco hay que descuidar la parte visual, y por eso la superficie exterior del habano tiene una capa exquisitamente fina y elástica. Así, cada uno de los habanos presenta una culminación de la perfección del mismo.
Si quieres experimentar el delicioso y exquisito sabor de un auténtico habano de calidad, La Casa del Habano es tu sitio ideal.