Para tener unas pestañas largas y bien cuidadas que hagan resaltar nuestros ojos, es necesario tomar en cuenta varios factores.
A continuación te presentamos las causas más comunes que provocan la caída de las pestañas.
No desmaquillarse. Si al concluir el día no se retira el rímel o máscara las pestañas se endurecen y se quiebran con mayor facilidad, particularmente si utilizas uno a prueba de agua.
La forma ideal para retirar el producto es hacerlo es con un algodón empapado con desmaquillante, mediante lentos movimientos desde dentro hacia afuera y con mucha delicadeza.
Mala alimentación. Fragilidad, caída y lento crecimiento de las pestañas, al igual que el cabello, puede ser síntoma de carencia de algunas vitaminas.
El consumo de minerales en verduras, cereales y frutas evita la debilidad de pestañas.
Tallarse los ojos. Algunas personas tienen el mal hábito de frotarse los ojos por sueño o irritación, lo cual no resulta positivo, ya que ello produce adelgazamiento de la piel del contorno de los ojos y suele desembocar en pérdida de pestañas.
Uso de rizadores. Las prisas por estar presentable hace en ocasiones que el enchinado de pestañas no sea el adecuado; los productos fabricados para este fin suelen ser de metal y estar protegidos por goma, pero con el paso del tiempo llegan a desajustarse y ocasionar que se arranque de raíz las pestañas.
Perrillas. Se conoce así a la inflamación del párpado debida a un absceso, es decir, acumulación de grasa en esa parte del ojo o en folículos pilosos (donde se originan las pestañas); el problema es generalmente ocasionado por bacterias infecciosas, las cuales suelen llegar al ojo por contacto con manos sucias.
Es importante que en cuanto se presenten ardor y comezón en los párpados se aplique compresas calientes.
La mejor opción es visitar al oftalmólogo, especialista médico que valorará la condición del problema y determinara el tratamiento a seguir.