Caminar sobre una cuerda a lo largo de una garganta del Gran Cañón, a 460 metros de altura y sin arnés ni red de protección, puede sonar a locura o intento de suicidio. Una actividad donde la vida se pone en riesgo, no apta para el 99,99% de los seres humanos.
Sin embargo, el aventurero estadounidense Nik Wallenda forma parte de ese minúsculo porcentaje de personas capaces de asombrarnos y quitarnos el aliento, como hizo este fin de semana al romper un récord mundial en ese paradisíaco y particular sitio de Estados Unidos.
El equilibrista de 34 años estuvo armado de varias cámaras y micrófonos con el fin de transmitir su desafío a la muerte en vivo por el canal Discovery, que transmitió a 219 países.
«Mis brazos están cansados», dijo alviado el acróbata de 34 años al tocar tierra, 23 minutos después de iniciar su proeza. «Tal vez es cierto que no hay que mirar abajo», agregó.
Esta vez Wallenda no usó arnés ni redes de seguridad, a diferencia de como lo hizo cuando rompió el récord del Niágara y sumó su séptima marca mundial.
Lo hizo desde una altura seis veces mayor que la primera vez, sobre una una cuerda de acero de 5 cm de grosor, en el imponente cañón desértico de Arizona (sudoeste de los Estados Unidos), hazaña que le tomó al acróbata unos 23 minutos bajo una temperatura de casi 40 grados Celsius.
En aquella primera vez, Wallenda enfrentó fuertes vientos y la copiosa rociada que le llegaba desde las cataratas, las más grandes de América del Norte, suspendido sobre un cable a 60 metros de altura.
Familia de «voladores»
A los 4 años Wallenda ya caminaba sobre una cuerda floja, siendo integrante de la séptima generación de la familia Flying Wallendas, conocidos como los voladores y célebres por desafiar a la muerte desde 1700.
Karl Wallenda hizo que la familia fuera famosa por la hazaña en la década de 1920. Nik es un descendiente directo de Karl Wallenda, a quien llama su modelo a seguir y su «héroe más grande en la vida», cruzando las imponentes Cataratas del Niágara.
Varios miembros de la familia han perdido la vida durante el entrenamiento o la realización. En 1962, la compañía de la famosa pirámide de siete personas se derrumbó, matando a dos miembros de la familia e hiriendo gravemente a otro.
Karl, abuelo de Nik, murió a los 73 años de edad durante un cruce entre dos hoteles en Puerto Rico.
Nik y su madre realizaron, en 2011, el mismo cruce en homenaje a uno de los patriarcas de la familia. Cada quien partió de un extremo y en el centro del cable la madre de Nik se sentó para que su hijo pasara por sobre ella.
El 15 de febrero de 2012, Nik Wallenda recibió la aprobación oficial de la Comisión de Parques de Niágara (APN) para que pudiera realizar su sueño en cruzar las Cataratas del Niágara, en la cuerda floja, un sueño que tuvo desde que era niño.
La proeza tuvo lugar el 15 de junio, al cruzar las cataratas del Niágara en un tiempo de 25 minutos, caminando sobre una cuerda extendida de 457 metros de longitud y de 5 cm de grosor, en el sector denominado cataratas Horseshoe.
Así, Nik se convirtió en la primera persona en realizar dicha hazaña, ante la mirada atónita de miles de personas.