Convertido en un símbolo, en la representación de los valores del Barcelona, Eric Abidal venció una terrible enfermedad y un trasplante de hígado, pese a lo cual regresó a los campos de juego.
El guerrero francés, que cubrió la banda izquierda de la defensa culé a lo largo de tantas temporadas, no pudo, sin embargo, vencer a las lágrimas. El adiós al club que le dio fama llegó, y «Abi» se despidió con emoción y con el acompañamiento de todos.
Con Tito Vilanova, entrenador y también víctima del cáncer, en primera fila. Con el cuerpo técnico y sus ayudantes, con muchos directivos y sus compañeros de equipo, el lateral del Barca anunció su salida del equipo campeón.
El primer abrazo fue para Gerard Piqué, y luego siguió con los capitanes: Puyol, Iniesta, Xavi y Valdés. Luego la despedida de Messi y el resto de la plantilla barcelonista.
“Les quiero dar las gracias a los compañeros extraordinarios que he tenido, a los entrenadores y al cuerpo médico, que ayudaron mucho en los momentos difíciles. Pero sobre todo quiero agradecer al doctor Medina y a mi familia. A mi primo (quien le donó parte del hígado), a mi mujer y a mis niñas”, dijo el fracés de 33 años.
Sin embargo, dejó en claro que su intención era continuar. “Quiero seguir jugando al fútbol, porque es mi pasión desde niño, todo el esfuerzo que he hecho lo hice para volver y quiero jugar. Me hubiera gustado seguir en el Barça, pero el club lo ve diferente y es una decisión que tengo que respetar. Me voy, pero volveré porque tengo una propuesta del club muy interesante”, aseguró, anticipando su marcha luego de 6 temporadas en el club.
El club le dedicó a Abidal un vídeo: “Merci Abidal 22”. Al finalizar la conferencia de prensa, el francé tuvo tiempo para dejar una broma. “El sábado quiero jugar, si el míster me pone».