Flower by Kenzo lanza una nueva película protagonizada por Shu Qi y dirigida por Patrick Guedj.
Flowe by Kenzo tiene una nueva historia que contar en este nuevo film en el que la danza, el aire y el agua son importantes facetas de un mundo bello.
Flowerbykenzo cuenta una nueva historia mitad acuática, mitad aérea, una historia de magia y de embrujo. Una historia de belleza, no hay duda. Pero no solo eso. ¿Qué sería del prodigio de Shu Qi sin los habitantes de París, testigos y guías de amapolas? Quizás sea eso el suplemento de alma de Flowerbykenzo. Hacer que el embrujo resulte contagioso.
Toda la historia de las películas Flowerbykenzo es una historia de amapola. Siempre es esa idea de una flor en plena ciudad y de un campo de amapolas que surge milagrosamente en la ciudad.
La clave es lograr recrear cada vez algo que se adapte totalmente a este universo y, al mismo tiempo, que despierte una auténtica sorpresa, una auténtica ruptura.
Rápidamente surgió la idea de algo que ocurriese bajo el agua, algo que para mí era importante, que tenía en mente desde hacía tiempo.
“Para mí resultó casi evidente escoger a Shu Qi como actriz. Ya había trabajado con ella y guardaba un recuerdo muy impresionante de ese encuentro. Es una actriz con un gran sentido de la realidad y de una gran belleza. También posee esa faceta tremendamente sensual, muy carnal, por ser asiática y tener esa sensualidad tan excepcional. Ella ha sabido aportar mucha humanidad, mucho realismo a este anuncio.” comenta Patrick Guedj.
Dirección de la película y fotos de prensa: Patrick Guedj
Actriz: Shu Qi
Música: música tradicional klezmer compuesta por Joachim Johow y arreglos de Patrick Sigwalt
Producción: Pixies films
Jefe operador: George Lechaptois
Jefe de montaje: Cyril Nakache
La fragancia
La amapola había decidido. Su único lenguaje sería el color. Pero esto no se cumplió, y Alberto Morillas creó su olor. Un perfume a su imagen, sutil y singular, sensual y luminoso. Primero las flores. La Violeta de Parma, la Rosa Búlgara, la Casia y el Espino salvaje escriben una partitura elegante y delicada. La vainilla y el almizcle blanco, de una intensidad inédita, aportan a este primer acorde una suavidad aterciopelada. Una fragancia con un aura íntima y envolvente.