Su propietaria, la multimillonaria Christina Ong, ha sabido imprimir su sello de absoluta discreción a Parrot Cay, uno de los enclaves preferidos por las estrellas lejos de los temidos paparazzi y sus cámaras.
Esto y el paraíso de lugar son algunos de los atractivos para que Donna Karan, Bruce Willis, Keith Richards, la ex modelo Christie Brinkle o el empresario Robert Earl tengan en este paraíso blanco y turquesa, sus residencias preferidas.
Todo está preparado en esta pequeña isla privada del archipiélago de Turcas & Caicos -a 90 minutos en avión desde Miami. La cita navideña de Parrot Cay es el auténtico must del año para unos pocos privilegiados. El vecino aeropuerto de Providenciales es uno de los que registra estos días más tráfico de jets.
Donna Karan posee en Parrot Cay la residencia más distinguida. Los propietarios de las villas privadas de la isla se reservan estas semanas su disfrute para ellos y sus familias, aunque en otras épocas del año las ponen a disposición del resort para su alquiler. Desde hace meses, el hotel no tiene libre ninguna de sus 43 habitaciones. Tampoco hay disponibilidad en las 12 cotizadas villas frente a la playa.
La mayoría de las reservas se realiza de un año para otro. Más de un huésped ha abonado el periodo mínimo aunque sus compromisos profesionales le obliguen a una estancia dolorosamente más breve.
La tranquilidad paradisíaca de Parrot Cay jamás se rompe, pero quien quiera diversión en familia la tendrá. El programa de este año incluyó actividades como buscar tesoros en la playa, plantar cocoteros, cocinar dulces navideños, carreras de paddle surf… El partido de fútbol entre huéspedes y staff es ya todo un clásico. Cuenta la leyenda que el empresario inglés y propietario de Planet Hollywood, Robert Earl, cansado de perder el partido navideño, decidió el pasado año traer refuerzos muy cualificados desde Londres en su jet privado. Earl es el presidente Everton FC.
Parrot Cay simboliza la filosofía de vida de Ong. Mejor blanco que negro, menos que más, natural que artificial. Es casi imposible encontrar un staff más profesional, servicial y discreto -la mayoría de los empleados son balineses- unas aguas más turquesas y una arena más parecida a la porcelana molida que en este paraíso inolvidable al que es imposible ponerle un pero.
Meca de los amantes del submarinismo -con la tercera barrera de coral más grande del mundo-, es un referente para las celebrities que buscan un retiro de cuerpo y mente en su mítico Shambhala Spa.
Su inhóspita ubicación, a la que sólo se puede acceder a través de una embarcación que facilita el establecimiento propiedad de Donna Karan, hace posible que el hotel sea un destino a tener en cuenta para cualquiera que quiera estar fuera de objetivos indiscretos
Más info: www.comohotels.com/parrotcay