La Maison Cartier ha elegido la Biennale des Antiquaires para exhibir 148 piezas inéditas, entre las cuales cabe destacar doce objetos preciosos y cinco relojes, además de una selección de la colección Cartier Tradition, que serán los protagonistas indiscutibles de este salón.
En la Biennale des Antiquarires, que tuvo lugar en el Grand Palais a partir del 23 de septiembre, Cartier decidió presentarse con un stand de doscientos cincuenta metros cuadrados (el más grandes de todos) decorado por el diseñador Tristan Auer.
Cada una de las piezas de esta colección; anillos, collares, pulseras y aretes, ha requerido de toda la maestría de los artesanos de Cartier, quienes durante dos años se dedicaron a crear cada una de estas joyas.
El tema de la colección está basado en cuatro momentos de paisajes favoritos de la maison de joaillerie, cada uno caracterizado por su propio estilo. La pantera, símbolo por excelencia de Cartier, también será un co-protagonista adquiriendo formas que van desde los brazaletes a los anillos.
El paisaje urbano expresa lo contemporáneo en movimiento, dirigidos a todo aquel que vive el ambiente y ritmo de las grandes ciudades. Diseño basado en la geometría y en la arquitectura, con formas que resultan sobrias y elegantes. La bicromía enaltece los colores de las piedras otorgándoles a las piezas un estilo único.
El paisaje lujoso se dirige a los sentidos, un jardín lleno de tesoros variables. Los protagonistas de las joyas son los colores, que evocan la naturaleza y sus formas, utilizando animales, algo muy usual en Cartier. Para la realización de esta línea se han utilizado piedras preciosas como zafiros, esmeraldas, rubíes, obsidianas o piedras de luna, manteniendo al diamante como hilo conductor.
El paisaje solar evoca un desierto vivo, en el cual los protagonistas de esta línea son las mariposas y las libélulas, pero también las serpientes y los tigres, mientras que los colores nos hacen pensar en la tierra, en la arena.
Finalmente, el paisaje boreal, un viaje a las tierras del norte, donde las luces se expanden en sus tonalidades más frías, y donde surgen animales como el oso o los pingüinos. La línea juega con los tonos del hielo, con efectos opacos y transparentes que recuerdan las landas o las zonas más frías de la tierra.
Quien tenga la suerte de estar en París durante esos días, que no deje de ir a ver este salón donde la Maison Cartier expone su nueva colección de Haute joaillerie, expresando toda su maestría y savoir-faire.