Entramos a un espacio donde oímos la música de moda, ‘house’, tecno y gospel al ritmo de imágenes proyectadas en varias pantallas gigantes. En la cabina un ‘dj’, una barra donde se sirven bebidas refrescantes. A primera vista, parece una discoteca de las que conocemos, una de tantas que abren todos los veranos en los pueblos turísticos italianos. Pero esta en especial, es una discoteca algo distinta, porque se trata de una “cristoteca”, un lugar de entretenimiento donde difundir los valores del cristianismo.
Las ‘cristotecas’ nacieron en las playas de Río de Janeiro, pero este verano la moda ha llegado a Italia y se está extendiendo con gran éxito por todo el país. El pasado fin de semana la ciudad siciliana de Marsala, en la provincia de Trápani, abrió un lugar así. El escenario fue un espacio frecuentado por jóvenes de la zona, que accedieron gratis a la fiesta. En las pantallas las imágenes de la Vírgen María y Jesucristo se sucedían al ritmo de una mezcla de canciones pertenecientes al denominado Christian Trance o Gospel Remix, adaptaciones de lecturas del Evangelio en versión tecno. La mayoría de ellas llevan la firma de los ZiggyBeats, especialistas en mezclar salmos y parábolas cristianas con música electrónica.
En Brasil es muy famoso el padre Joseph Anthony, más conocido como ‘dj’ Zeton. El sacerdote es el encargado de colocarse detrás de los platos en estas noches de música y religión. En Italia, todavía no existe una figura como ésta, pero es sólo cuestión de tiempo. De momento el padre Baldo Alagna se está ocupando de organizar este tipo de eventos y darlos a conocer entre los jóvenes italianos. Alagna es además cofundador de la Fraternidad misionaria de Juan Pablo II, que se dedica entre otras cosas a evangelizar a la juventud. Detrás de los platos se colocan los ‘Spiritual Blessings’ (Bendiciones espirituales). Es decir, Jean Paul François y Ezio Centanni, cuyo objetivo es, hacer buena música sin seguir ninguna moda o ganar dinero.
El slogan de estas fiestas son God’s party. «Diversión al estado puro«, carteles que anuncian la fiesta en la playa. La idea es acercar los jóvenes a la fe católica en un modo diferente, aseguran sus impulsores. Y aunque tiene todos los ingredientes de cualquier otra fiesta en discoteca, en ésta no está permitido el tabaco ni el alcohol, sólo bebidas a base de frutas. Un modo diferente de dar a conocer la palabra de Dios.