Como cada verano el Festival de Bregenz, en Austria, nos presenta una temporada de ópera al aire libre que flota sobre las aguas del lago Constanza.
Desde el año 1946, sus organizadores llevan empleando con mucho triunfo esta representación por medio de materiales resistentes y que gracias a una sofisticada plataforma acuática, que se ancla al fondo del lago, en la cual se instala el foso para la Orquesta Sinfónica de Viena, y un complejo de camerinos y la sala de máquinas.
Por supuesto que el resultado es impresionante y que convoca en la orilla del Lago Constanza a aficionados venidos de todo el mundo para disfrutar de sus títulos favoritos en versión gigante. Entre el glamour y la musicomanía, se dejó ver hace unos años el siempre escurridizo James Bond, que en una de las sagas conoce a su adversario «entre acto y acto» de una ópera.
Este año, Keith Warner, Director de escena británico, ha acudido a una gigantesca cabeza de Marat de 60 toneladas y 24 metros de altura que se encuentra inspirada en el célebre cuadro de Jacques-Louis David, que sirve de alegoría al drama histórico de Andrea Chénier de Umberto Giordano. La ópera que fuera estrenada en La Scala de Milán, el 28 de marzo de 1896, cuenta la vida del poeta francés y su intervención en las preparaciones de la Revolución Francesa. Su romance con la cortesana Maddalena de Coigny, personaje también real, sirve de hilo conductor a los acontecimientos que hoy se estudian en los libros de Historia.
Esta ópera flotante en el Lago Constanza estará hasta el 18 de agosto y los maestros Ulf Schirmer y Enrico Calesso, compartirán la batuta a lo largo de veinte funciones. Si tienen la oportunidad de pasar por Austria este verano, no duden en darse una vuelta a esta ópera flotante a orillas del Lago Constanza.