El pasado domingo la reina Isabel II de Gran Bretaña celebró con una serie de actividades sus 60 años en el Trono, siendo la única monarca británica además de la Reina Victoria (1897) que celebre un Jubileo de Diamante cuyos festejos iniciaron el pasado 2 y terminan hoy 5 de junio.
Entre las actividades programadas y lo que al momento está considerado la mayor celebración en su género en los últimos 350 años, están incluidos un desfile sobre el rio Tamesis con mil embarcaciones, 2012 faros a lo largo del Reino Unido fueron encendidos incluyendo el Faro Nacional culminando con un servicio de acción de gracias en la Catedral de San Pablo.
Primogénita de los Duques de York y tercera nieta del Rey Jorge V de Inglaterra, Elizabeth Alexandra Mary (Londres 21 de abril 1926) se convirtió en la heredera del trono británico, cuando su padre Albert tras la abdicación de su hermano Eduardo VIII posteriormente Duque de Windsor, ascendiera al trono de manera inesperada en 1936 con el nombre de Jorge VI.
En 1947 contrajo matrimonio con Felipe de Battenberg, cuyo apellido fuese modificado a Mountbatten por cuestiones políticas de vínculos germánico en plena recesión de la post guerra mundial.
La reina y su consorte el Duque de Edimburgo pro crearon 4 vástagos: Carlos Príncipe de Gales, Ana, Andrés, y Eduardo.
Cuando se encontraba en África en 1952 a la edad de 27 años recibió la noticia del fallecimiento de su padre, fue coronada en la Abadía de Westminster.
Actualmente es la monarca parlamentaria de 16 estados soberanos.
Rara vez otorga entrevistas o hace comunicados públicos, duramente atacada y criticada tras la muerte de Diana de Gales, la reina, a diferencia de los escándalos de sus hijos Carlos y Andrés con sus respectivos divorcios, ha mantenido siempre un perfil muy bajo.
Jamás ha expresado sus opiniones políticas en un foro público pero eso no la han limitado en su sentido, dedicación y deber religioso y civil que adquirió al momento de su coronación.
Aunado a los escándalos familiares, la fortuna personal de la reina Isabel II ha sido objeto de especulación y molestia por varios años.
Los costos incurridos en la elaboración de los festejos pertinentes al Jubileo han originado en miles de sus súbditos malestar y enojo pronunciando cada día más el cuestionamiento de la validez y relevancia de la monarquía inglesa.