Estoy convencida de que si los seres humanos jamás hubieran puesto un pie en esta isla, Irlanda sería todavía hoy una extensión de tierra coloreada íntegramente de verde.
Allí donde no se ha construido una carretera o un edificio, se impone la hierba de forma natural. En una ciudad activa, moderna y cosmopolita como Dublín, capital europea y sede de exitosas multinacionales, el verde se convierte en un merecido respiro para sus ciudadanos.
Hoy te voy a hablar de mi parque favorito de Irlanda, el St Anne’s Park, en Dublín, se encuentra situado a poco más de 5 kilómetros del centro y al Norte de la ciudad, entre los suburbios de Clontarf y de Raheny.
Sus extensas praderas y sus maravillosos bosques lo convierten en el segundo parque municipal de la capital. Propiedad en su día de la popularmente conocida familia Guinness, hoy es punto de reunión y ocio para las familias, los enamorados de la naturaleza y los deportistas.
Empezaré con lo mejor. Y es que si tuviera que destacar un rincón de los tantos que te enamoran de St Anne’s Park, sin dudarlo ni un segundo te señalaría el jardín de las rosas, “the Rose Garden”. Situado en el corazón del parque, se trata de un tranquilo y silencioso apartado circular que alberga decenas de especies de rosas cuyo aroma permanecerán para siempre en tu memoria.
En el parque podrás observar muchos de los animales que lo habitan. Las más populares son las ardillas y también los zorros. Supongo que no es de extrañar cuando uno observa la cantidad de árboles distribuidos a lo largo y a lo ancho.
Árboles milenarios, testigos presenciales de siglos y siglos de historia, regentan este fantástico lugar en el que parece que el tiempo se detiene. Aprovechar un día soleado para sentarse a los pies de uno estos inmutables monumentos a la naturaleza y sentir sus sabios murmullos es una buena forma de conectarte con la vida y con el medio ambiente.
Caminos infinitos que se pierden entre bosques encantados convierten en inolvidables los paseos de las parejas que, enamoradas, se dejan llevar sin miedo guiadas por almas cargadas de pasión.
La paz gobierna en este singular lugar en el que todo parece relativizarse de forma natural, sin premeditación, sin esfuerzo.
Si además de gustarte la naturaleza eres deportista, St Anne’s Park se convierte en un auténtico paraíso. Atletismo, fútbol gaélico y hurling son algunos de los deportes más populares practicados en el parque. Tennis, fútbol o golf son otras prácticas para las que encontrarás las instalaciones necesarias.
Ciclistas y corredores se mezclan con los transeúntes, todos ellos con un mismo denominador común, ganas de pasar un buen día y de conectarse con la naturaleza.