Recientemente una reconocida revista británica realizó una encuesta entre hombres dividida en 3 grupos de edades. El propósito de la misma era conocer sus preferencias sobre posibles parejas. La mayoría, aun el grupo de menor edad, escogieron como posible pareja a mujeres entre 45 y 60 años y como yo me encuentro justo en el filo (de los 45 naturalmente) creo oportuno además de simpático y muy atinado (sin hacer menos en ningún momento a las chicas menores) el análisis del escritor colombiano Santiago Gamboa de 43 años, cuya reflexión comparto: «Las mujeres de mi generación son las mejores. Y punto. Hoy tienen cuarenta y pico, incluso cincuenta y pico, y son bellas, muy bellas. Pero también serenas, comprensiva, sensatas, y sobretodo endiabladamente seductoras, esto a pesar de sus incipientes patas de gallo, que las hace tan humanas, tan reales. Hermosamente reales».
Casi todas, hoy, están casadas o divorciadas, o divorciadas y vueltas a casar, con la idea de no equivocarse en el segundo intento (esa soy yo), que a veces es un modo de acercarse al tercero, y al cuarto intento. ¡Qué importa!
Otras, aunque pocas, mantienen una pertinaz soltería y la protegen como ciudad sitiada que, de cualquier modo, cada tanto abre sus puertas a algún visitante.
Nacidas bajo la Era de Acuario (pobre de mí acuariana de la era de acuario) bajo la influencia de la música de Los Beatles, Bod Dylan, herederas de la revolución sexual (de la cual apenas me estoy enterando) y de las corrientes feministas que, sin embargo, recibimos pasadas por varios filtros, supimos combinar con libertad con coquetería, emancipación con pasión, reivindicación con seducción.
Jamás hemos visto en el hombre a un enemigo a pesar de cantarle unas cuantas verdades, pues comprendimos que el emanciparse era algo más que el ponerse a lavar los trastes y nosotras a cambiar el neumático, decidimos pactar para vivir en pareja.
«Son maravillosas y tienen estilo, aun cuando nos hacen sufrir, cuando nos engañan o nos dejan. Hablaron con pasión de política y quisieron cambiar al mundo». Aquí hay algunas razones de por qué una mujer de 45 o más nunca te va a despertar a la mitad de la noche para preguntarte ¿Qué estas pensando?, no le interesa lo que estas pensando.
Si una mujer de más de 45 no quiere mirar una partido de fútbol (o de cualquier otra cosa que este en la tv) ella no va a dar de vueltas alrededor tuyo. Se pone hacer algo que ella quiere hacer y generalmente es algo mucho más interesante. Una mujer de más de 45, se conoce lo suficiente como para saber estar segura de sí misma. De lo que quiere, y de con quien lo quiere.
Son muy pocas las mujeres de más de 45 a las que les importa lo que tu pienses de lo que ella hace. Una mujer de más de 45, tiene cubierta su cuota de relaciones «importantes» y «compromisos». Lo último que quiere en su vida es otro amante posesivo.
Las mujeres de más de 45 son generalmente generosas en alabanzas. Ellas saben lo que no es ser apreciadas lo suficiente.
Las mujeres se vuelven psíquicas a medida que pasa el tiempo. No necesitan confesar tus pecados, ellas siempre lo saben. Son honestas y directas. Te dicen frontalmente que eres un imbécil si es lo que consideran de ti. Tenemos muchas cosas buenas que decir de las mujeres de más de 45 y por múltiples razones.
Lamentablemente no es recíproco. Por cada impactante mujer de más de 45, inteligente, divertida y sexy hay un hombre con casi o más de 50, gordo, barrigón y con pantalones arrugados haciéndose el gracioso con un chica de 20 años haciendo el completo ridículo.
Señoras…les pido perdón por ello!
Para todas mis amigas de más de 45 se que les brotará una sonrisa cómplice del alma, y para mi amigos de no tanto 50 y pico, les deseo tengan una mujer de esta talla.